Dos goles del argentino Ángel Correa y del uruguayo José María Giménez en el tramo final rescataron un punto para el Atlético de Madrid, con diez jugadores, por la expulsión de Antoine Griezmann, y en un partido que tenía perdido con el Girona, vencedor hasta el minuto 85 con dos tantos de Stuani (2-2). El debut histórico del equipo catalán en Primera rozó la proeza de derribar a uno de los mejores conjuntos de Europa en la actualidad, pero su hazaña quedó incompleta por su inexperiencia y por la fe de un Atlético que nunca se rinde, capaz de nivelar un 2-0 en contra cuando era impensable, con diez y en apenas siete minutos. Después de una protestada doble amarilla al francés Antoine Griezmann, al entender el árbitro Martínez Munuera que se había tirado en una acción ante Gorka Iraizoz dentro del área, un disparo lejano y colocado de Correa, en el 77, y una falta cabeceada por Giménez, en el 85, igualaron el duelo. Oblak sostuvo a los suyos todo el partido.