Ayer se nos ha ido a la eternidad, dejándonos su triste ausencia, un gran amigo y un gran deportista de la vieja escuela, de la vieja épica: Luis Molist Rodríguez.

Fue delegado de Natación en el Real Club Náutico con Martín Barreiro como Presidente en los años 1961 y 1962, y desde entonces nos guardábamos un mutuo y entrañable afecto especial, como deportistas de toda la vida.

Luis fue un enamorado del deporte sin aspiraciones personales de relieve, ni publicidad, y así pasó casi desapercibido entre los que no sabían de su valía personal, de su hermosísima trayectoria y sus múltiples merecimientos humanos. Pero sus buenos amigos, sí los conocíamos. Un hombre dinámico y humilde que dedicó todo su entusiasmo cuando le llamaron para llevar las riendas de la natación en el Náutico, aunque su gran pasión fue siempre el ciclismo. Tanto así, que guarda en su casa un auténtico museo de la bicicleta, desde los muy antiguos y primeros artefactos con dos ruedas, hasta nuestros días.

Siempre me invitaba a visitar su museo personal en Nigrán y así hace unos pocos meses, fue el "alma máter" de una exposición con su valioso patrimonio personal, sobre la historia de la bicicleta, en el edificio comercial de A Laxe, que pudimos disfrutar todos los aficionados o simplemente admiradores, de tan hermoso legado.

Ahora nos deja el querido amigo. Se nos fue a los 94 años, pero su espíritu seguía siendo el mismo que cuando tenía 20. Ahora está pedaleando por las praderas de la eternidad. Que Dios le guarde. Un abrazo emocionado a Luis allá donde esté y a su familia decirles que pueden sentirse orgullosos del gran maestre y patriarca, inolvidable y eterno amigo, a quien recordaremos sismpre.