La sudafricana Caster Semenya, doble campeona olímpica de 800 metros, obtuvo su tercera corona mundial tras ejecutar en el esprint a la burundesa Francine Niyonsaba y a la estadounidense Anjee Wilson, que atacaron en la curva.

Semenya entró quinta al último giro, progresó en la contrarrecta hasta el tercer puesto y se abrió en la recta para adelantar a sus dos agresivas rivales y cruzar la meta en 1:55.16. Niyonsaba ganó la plata en 1:55.92 y Wilson el bronce con 1:56.65.

Seis días después de colgarse la medalla de bronce en 1.500, Semenya volvió a deja patente su enorme superioridad en un choque con las dos que le acompañaron en el podio de Río, la burundesa Francine Niyonsaba y la keniana Margaret Wambui.

La sudafricana, de 26 años, no pierde una carrera de 800 metros desde hace dos años, cuando fue eliminada en semifinales de los Mundiales de Pekín. En este periodo ha conseguido quince marcas inferiores a los dos minutos y cuatro de ellas por debajo de 1:56. Su hegemonía es indiscutible.

Una vez más, Niyonsaba, una atleta que ha bajado de los dos minutos en todas sus carreras los dos últimos años, se ha tenido que conformar, como en Río, con la medalla de plata. Wambui, que venía de ganar el bronce en los Juegos de Río, no subió esta vez al podio, cuarta con 1:57.54, por delante de la subcampeona mundial canadiense Melissa Bishop (1:57.68).

Por otro lado, la keniana Hellen Obiri, invicta durante toda la temporada, consiguió su primera medalla de oro global y evitó, de paso, el doblete de la etíope Almaz Ayana al batirla en la final mundialista de 5.000 metros con un tiempo de 14:34.86.