Ramil Guliyev, un atleta de 27 años nacido en Azerbaiyán y nacionalizado turco en 2011, que se pasó tres años sin poder competir por sus problemas con la nacionalidad, fulminó al sudafricano Wayde Van Niekerk en la final de 200 para heredar un título mundial que ha pertenecido a Usain Bolt desde 2009 e impidió que el sudafricano, la estrella anunciada del certamen, igualase a Michael Johnson como el único capaz de hacer el doblete en el 200 y 400, uno de esos grandes retos que esconde el atletismo. Makwala, el hombre del virus, el que tuvo que correr el miércoles dos carreras en hora y media, llegó sin fuerzas a la final, agotado por todo lo que pasada estos días. El de Botswana no pudo estar en la pelea por el podio.

En una final sin jamaicanos, Guliyev, que había sido octavo en la final olímpica de Río 2016, se arrojó sobre la raya de meta para batir, con un crono de 20.09, al gran favorito, que perdió en los últimos metros la ligera ventaja con la que llegó a los últimos metros.

Bolt eligió para despedirse en Londres una sola prueba individual y se inclinó por los 100 metros, donde sólo pudo ser tercero. En su distancia preferida, los 200, ha encontrado un inesperado sucesor en Guliyev, que eligió la nacionalidad turca por falta de instalaciones deportivas en su país. Ayer paseaba por el estadio con las dos banderas, la turca y la de Azerbaiyán.

El trinitense Jereem Richards estuvo a punto de batir también a Van Niekerk, pero sólo por milésimas fue relegado al tercer puesto, con la misma marca que el sudafricano (20.11) en un final trepidante de prueba.

El gran derrotado fue el botsuanés Isaac Makwala, una de las 40 víctimas del brote de gastroenteritis detectado en un hotel oficial de los Mundiales, que la víspera de la final tuvo que hacer dos carreras, una de ellas en solitario, para estar en la lucha por las medallas.

Makwala, el más rápido del mundo este año con los 19.77 de Madrid, acabó sexto con 20.44. El 14 de junio en las pistas madrileñas de Moratalaz, había bajado, con dos horas de diferencia, de 44 segundos en 400 (43.92) y de 20 segundos en 200.

Makwala y Van Niekerk estaban llamados a librar dos de los grandes duelos de los Mundiales, pero la enfermedad del botsuanés impidió el de 400.

Con el oro de 400 ya en el bolsillo desde el martes, Van Nieker llegó debilitado a la final de 200, tras clasificarse en la repesca, y no pudo, finalmente, emular el doblete de Michael Johnson en Gotemburgo'95.