Karsten Warholm, un antiguo decatleta noruego de sólo 21 años, ha pasado en tres semanas de ser campeón de Europa sub-23 a conquistar el título mundial de 400 metros vallas en una carrera insolente desde el disparo.

Una marca de 48.35 le entregó la medalla de oro al más joven de los finalistas, por delante del turco-cubano Yasmani Copello (48.49) y del gran favorito, el estadounidense Kerron Clement (48.52).

Con una alineación renovada de finalistas, el favorito era un clásico, Kerron Clement, de 31 años, actual campeón olímpico y con dos títulos mundiales en su historial. Doce años después de batir el récord mundial de 400 lisos en pista cubierta con 44.57 y transcurridos diez desde su primer título mundial de las vallas bajas en Osaka, el atleta estadounidense nacido y criado en Puerto España volvía a ser firme candidato al triunfo en un Mundial. Pero se encontró con un rival insospechado, que sin presión alguna atacó los obstáculos con agresividad y fue en cabeza desde la primera valla y entró en la recta final dispuesto a morir. Cuando todos esperaban su caída en picado resistió como los héroes.