El Real Aero Club de Vigo, fundado en 1951, inicia una nueva etapa. En enero concluía la concesión por treinta años del terreno que ocupan junto al aeropuerto, propiedad de la Comunidad de Montes de Cabral. Las negociaciones de renovación supusieron meses de tensión, con la amenaza de desalojo a favor de un centro de ocio y aventura, con cuyos promotores llegaron a firmar un preacuerdo los comuneros. Al final, los dirigentes del Aero Club igualaron la oferta y en abril se firmaba la prórroga de la cesión del espacio durante otros treinta años. Pero a cambio de un incremento sustancial en el canon anual, que irá en aumento hasta alcanzar su tope en una década. El Aero Club necesita incrementar sus ingresos. Reinventarse es el camino elegido.

La sociedad afronta esta encrucijada existencial desde una situación de equilibrio económico, sin cargas patrimoniales. Sus responsables han sabido adaptar los gastos a los ingresos en años de mengua. El Aero Club rozó los 900 socios en los años noventa para estabilizarse después en poco menos de 800. La crisis económica repercutió en ese número, pero ha sido la incertidumbre generada por el final del convenio anterior lo que más ha influido, con un diferencial negativo de 170 socios en los últimos tiempos. Hoy en día el Aero Club tiene 520.

El acuerdo con la comunidad de montes despeja el horizonte y permite elaborar nuevos proyectos con la idea de enrolar a cincuenta o sesenta socios más para poder costear el canon, aunque la cifra de 700 se marque como ideal. En la búsqueda de ese objetivo existen premisas claras,; entre ellas, que la necesidad de incrementar los ingresos no repercuta en la cuota de los socios.

El Aero Club se mantendrá fiel a su esencia, con el golf como principal actividad, con un agenda que incluye cuarenta torneos al año. "Queremos potenciarlos más", aclara el gerente, Adolfo Suanzes. La media de participantes por torneo ronda el centenar y Suanzes quiere volver a los 160 que jugaban antes. Entre otras ideas se maneja la creación de una categoría específica para jóvenes, que puedan así disfrutar del atractivo de competir entre ellos.

La gran apuesta es la puesta en marcha inmediata de una escuela de golf que Suanzes concibe como "referente en toda Galicia". La directiva maneja dos alternativas: su explotación directa por parte del club mediante monitores y que la gestionan profesionales del sector, con los que se está negociando. El Aero Club presume de cantera, con Marta García Llorca, miembro de la selección española, como referente.

El Aero Club pretende enriquecer su oferta con actividades lúdicas de más amplio espectro. Ya tiene piscina y pista de tenis. Posee una de pádel y no descarta construir otra acristalada y cubierta. "Pero poco a poco", matiza el presidente, Luis Gonzaga. Dentro de su plan estrátegico se incluyen las remodelaciones ya practicadas en la casa club, la caseta y el área de expansión para niños y la cancha de prácticas. Se construirá una cancha de crocket. Y se ha mejorado la oferta en restauración.

La directiva emprenderá ahora una campaña de captación de socios, con actuaciones especiales dirigidas a universidad o colegios. En la sustancia de su mensaje, un empeño que Gonzaga concreta: "El gol no es un deporte elitista".