Los jugadores nórdicos siguen de moda en los despachos célticos. El enamoramiento se inició en la etapa de Torrecilla y no ha menguado con Miñambres. Aunque todos de diferente pelaje fútbolístico y carácter personal, la directiva celeste aprecia en general en ellos un compromiso profesional que enriquece su valía deportiva. Cada uno de ellos ha desbrozado el camino a quien le ha seguido.

Dan Eggen ejerció de pionero, entre 1997 y 1999. El noruego tuvo un peso decreciente en el Celta. Participó en la explosión que se vivió con Irureta, formando pareja con Djorovic. Después la llegada de Cáceres lo orilló y se fue al Alavés. Pero siempre se comportó con disciplina y una concepción muy profesional del oficio. Un tipo diferente, sociable, cultivado, tranquilo, que ya jugaba con los chavales en la calle como ahora Guidetti y que además quedó vinculado familiarmente a la ciudad.

Nadie queda en cargos de responsabilidad de aquella época. Es Michael Krohn-Dehli el que inaugura la moda actual; fichado del Brondby pero con pasado en la Eredivisie holandesa, que siempre ha sido la salida natural de los jugadores nórdicos junto a la Premier League, por encima de la Bundesliga. El pequeño danés tiene un papel protagonista en el Celta moderno. Ejemplo de profesional dentro y fuera de la cancha, su recuerdo ha impulsado cada operación con futbolistas de esa latitud.

Es Demidov, noruego de origen letón, malhadado refuerzo invernal en las angustias de la temporada 2012-2013, una especie de excepción en la relación. El Celta siente que ha acertado con los daneses Wass, Pione Sisto y Hjulsager, aunque a los más jóvenes les quede mucho terreno por recorrer, y con el sueco Guidetti, que ha sido muy útil por mucho que estén dispuestos a estudiar una buena oferta. Y aunque poco tienen que ver el tímido Khron-Dehli y el extrovertido Guidetti, y en poco se parezcan las vidas de Pione y Wass, en Praza de España sienten que todos comparten de alguna manera una cultura futbolística y una visión profesional que cuadran perfectamente con la filosofía que rige el proyecto celeste. De Larsson -Mor tiene más fama de conflictivo- se esperaría lo mismo en un Celta que añadiría un quinto nórdico a la vez; un Celta salido del frío.