Aplacada la euforia por las celebraciones del ascenso, el Rápido de Bouzas se enfrenta a la dura realidad de armar un equipo para competir la próxima temporada en Segunda División B con muy limitados recursos económicos. Tras ascender de categoría con uno de los presupuestos más bajos de Tercera, las dificultades se le acumulan al modesto club boucense, que deberá que hacer poco menos que juegos malabares para poder competir en la categoría de bronce el próximo curso.

El primer paso será conocer los ingresos con los que el club contará para afrontar la nueva temporada. El director deportivo, Álex Martínez, estima que Rápido tendrá que triplicar su actual presupuesto para poder salir a competir. El pasado curso el club contó con 100.000 euros, de los cuales 80.000 se destinaron a cubrir los gastos de la plantilla. Para afrontar el salto de categoría, director técnico aurinegro calcula que serían necesarios unos 220.000 euros "solo para la plantilla, sin incluir el cuerpo técnico" y "aún así -señala-tendríamos el presupuesto más bajo de la categoría".

Una vez que se conozcan los ingresos con que contará la entidad, el primer paso será abordar una serie de renovaciones. En primer lugar, la del propio Álex Martínez, a quien se encomendará la misión de formar el nuevo plantel. La primera opción para el banquillo es Patxi Salinas, artífice de las gesta del ascenso, cuya continuidad va a depender en gran medida del factor económico, es decir, de la posibilidad de competir con un plantel de mínimas garantías.

Una vez concretado el presupuesto y el técnico, el Rápido deberá decidir qué jugadores de la plantilla que logró el ascenso con continúan en nómina el próximo curso. No todos podrán seguir, pese al anuncio de que todo el plantel estaba automáticamente renovado realizado por el presidente, Manuel Seoane, en Peralada (Girona) en pleno entusiasmo por la consecución del ascenso. "Estas cosas se dicen en un momento de euforia. No digo que no lo merezca todo el mundo, pero hay que hacer las cosas con sentido y será el día a día el nos diga qué tipo de necesidades tenemos. Debemos conocer primero el presupuesto y eso nos lo tiene que decir el club, luego llegar a un acuerdo con el director deportivo y el entrenador para formar la plantilla y después habrá que decidir quiénes siguen y quiénes no. Esos son los pasos lógicos", explica Martínez.

El paso del fútbol aficionado al semiprofesional derivado del ascenso de categoría va a implicar una serie de imperativos legales que también van a condicionar la nueva plantilla. El reglamento obliga a disponer de un mínimo de ocho fichas profesionales entre los 22 jugadores de plantilla y este es otro de los problemas que habrá que resolver. "Tenemos que pasar de una categoría amateur a una profesional con el añadido de que el ascenso ha sido algo totalmente imprevisto", señala el director técnico aurinegro. Y precisa: "Uno de los problemas es que nosotros tendríamos que cubrir el máximo de fichas porque aunque hemos subido al infantil y al cadete a las máxima categoría y el juvenil de la Liga Gallega a la Liga Nacional al nivel de base no tenemos jugadores preparados para dar el salto del equipo juvenil al de Segunda B".

La continudad de Patxi Salinas al frente del banquillo es otra de las cuestiones pendientes de resolución. "A Patxi lo enganchamos por el vínculo personal más que por el económico porque ya habíamos trabajado juntos y él también está a expensas de conocer qué quiere hacer club, de cuáles son las condiciones mínimas para poder salir", revela.

Martínez tiene previsto reunirse "en uno o dos días" con el Rápido para conocer los recursos con que contará el equipo para competir en Segunda. "Debemos reunirnos pronto porque llevamos un atraso importante con respecto a los demás y el tiempo corre", advierte.