Es el personaje más popular de la provincia de Ourense en estas horas. El portero Diego García les incumplió a sus amigos del Arenteiro la petición que le habían hecho antes de la eliminatoria ("páralas todas") en lo literal, pero no en sustancia. Aunque encajó tres goles y hasta puede atribuírsele como fallo propio el segundo en Peralada, García ha tenido un papel protagonista. Sus intervenciones limitaron el daño en defensa; el juego ofensivo se construyó sobre su poderoso pateo.

"Durante el fin de semana me habían llamado los de Carballiño. Tenían algo preparado para ver el partido todos juntos. Cuando acabó el partido tenía el móvil lleno de mensajes de Whatsapp, fotos, audios, llamadas. Hablé con ellos. Contento por mí, por ellos y por toda la provincia de Ourense", resume. Porque al Rápido suben enganchados en las sucesivas categorías Arenteiro y Ribeiro de Ribadavia. El Cortegada logra la permanencia.

"Ha sido una sensación increíble ser el único equipo gallego que estaba jugando por algo, ir a entrenar y que venga la tele, que te llamen de la radio todas las semanas?", recuerda. "Es algo que no va a pasar todos los años. Lo cogimos con mucha alegría, con mucha ilusión, y así fuimos hasta el final".

En Peralada se vivió un choque de viento cambiante, que incluyó un descuento infernal, con dos remates locales dentro del área, sin oposición. "Tuve un poco de suerte", admite Diego. "El de cabeza se va fuera. Y el último remate me pilla bien colocado, me viene a las manos. Si llego a estar más a la derecha o a la izquierda igual me lo como".

García ignora cómo se recompondrá el equipo para adaptarse a Segunda B: " Teníamos claro que había que acabar el play off y a partir de hoy empezar a hablar. Dios dirá. Patxi sabe lo que quiere. Me haría mucha ilusión que siguiera y estar yo también. Si no, cada uno tiene que mirar por su futuro. A ver qué pasa".