"Somos de Segunda B", se canta en la sala de equipajes de Peinador con voces aguardentosas. Un puñado de familiares espera al Rápido de Bouzas al otro lado de las puertas corredizas; cámaras y micrófonos retratarán su alegría. Pero también aguarda fuera la realidad cotidiana. Aarón se dirige inmediatamente al campus donde colabora. Jesús Varela acudirá por la tarde a su trabajo en una tienda de cigarillos electrónicos. "Hoy voy más contento", se consuela. Ambos sin dormir, como el resto. Y así otros muchos. Carnero y Cotilla están de vacaciones. Yago pidió el día libre. Es solo un aplazamiento. Nando y Bruno ni siquiera pudieron viajar por sus compromisos laborales. Operarios, dependientes y oficinistas han derribado a un Peralada que es gigantesco en la comparación presupuestaria, casi profesional. Patxi Salinas cita números que ensalzan la gesta. Trabajar con tan escasos medios le ha agotado. Anuncia su probable adiós, pendiente de una conversación con el presidente, Manolo Seoane.

Adrenalina, retazos de embriaguez y vigilia se combinan en el achispado clima de la expedición. El Rápido, tras el empate en la gerundense Peralada que le dio el ascenso, cenó en un lujoso restaurante barcelonés, el Bellavista. Les invitó su copropietario gallego, Cándido Iglesias, por mediación de la alcaldesa de Mos, Nidia Arévalo (el socio de Iglesias es Leo Messi). "Menos mal que Cándido nos invitó. Con la cena que nos puso, si nos dice de pagar a escote? Si nos pone boca abajo, no pagamos ni el primer plato. Nos pegamos un homenaje", bromea Patxi Salinas.

Junto al técnico se encuentra Diego Diz, mediocampista canterano, autor del 2-2, el gol que sitúa al Rápido en Segunda B por primera vez en su historia. Ambos retándose en comicidad al narrar la noche de festejos por las calles de Barcelona hasta que fuese hora de ir al Prat. El club no había podido costear otra noche de hotel.

-Luego nos fuimos todos a tomar algo juntos para celebrarlo, unos más y otros menos. Y a dormir un par de horas en el aeropuerto, tirados hasta subir al avión-, relata el técnico.

-¿A quién pretendes engañar? -replica el centrocampista-. Llegamos corriendo al avión. Y hemos llegado todos. Es la ostia.

-Este equipo está cambiando a última hora -le celebra Salinas-. Hace un mes hubiéramos vuelto doce y hemos vuelto los veinte.

Vuelven a dialogar sobre la trascendencia histórica del tanto logrado por el joven.

-En cuatro días se olvida quién hizo el primer gol y del segundo se acordará todo el mundo - le anticipa Salinas.

-Eso es verdad. Y menudo gol hizo el primero y menudo gol hice yo, vaya tela -admite Diz, porque se olvidará supuestamente el golazo de Carnero en el 0-1 provisional.

Carnero, que militó en la cantera del Real Madrid y descolló en Segunda B, ha sido el primero en salir, completamente afónico, y se ha abrazado a la madre de Cotilla. Es por euforia y complicidad, que Jesús Varela resume: "Nosotros hemos seguido creyendo en nosotros. Somos un grupo de amigos. Lo damos todo unos por otros. Y al final el premio llegó".

Ha llegado tras once meses y medio de esfuerzo, desde que se inició la pretemporada en julio de 2016. Los contratos se habían firmado hasta el 15 de mayo. "Y estamos a 26 de junio. Nadie contaba con que íbamos a llegar a esto", advierte Salinas. El vasco cifra la dieta media que cobra la mayoría de jugadores entre 150 y 300 euros mensuales. Se les deben las de mayo, que se pagarán el próximo día 30, y junio, para las que el presidente, Manolo Seoane, empleará talones. Salinas añade: "Es la primera vez en la historia que un equipo no tiene ni un euro de prima por ascender". Seoane ha pedido al Celta un amistoso, cuyos ingresos destinaría a tal fin. La plantilla le canta en Peinador: "Paga la prima, presi; paga la prima".

En la Tercera gallega hay otras escuadras humildes como el Rápido. La Tercera catalana habita en otro universo y más un club como el Peralada, afiliado al Girona, que necesitaba el ascenso para iniciar el traslado masivo de sus jóvenes talentos. Diego Diz revela: "Los del Peralada nos decían: 'No nos jodáis, tenemos mucho dinero por ascender'". Diz recuerda que tras anotar el 2-2 pensó: "No creo que aguantemos hasta el final". En perspectiva, concluye: "Entre que ellos quisieron y nosotros peleamos como leones, aguantamos no sé ni cómo". Salinas calcula: "Competíamos contra un club de un presupuesto de 500.000 o 600.000 euros. Nosotros no llegamos ni a los 78.000". No recita esos números con pesar: "Es lo grande que tiene esto de trabajar con gente humilde. Ganas una mierda, te tiras sin cobrar dos meses y lo disfrutas como si ganases millones. No he tenido esta sensación en años, ni cuando era futbolista y gané cosas".

Pero es cierto que las carencias le pesan. Patxi Salinas medita su despedida: "Hemos tenido mucho mérito. Con los medios que hemos tenido es casi imposible hacer esto. Hemos hecho algo tan grande que para mí es muy difícil continuar. Es importante entrar, pero también es muy importante saber salir. Cuando tienes un reto y lo logras, has cubierto esa meta y tienes que buscar otro tipo de aventuras".

-Este titular ayer no lo dejaste -le advierte Diz.

Salinas prosigue: "No está decido al cien por cien. Tengo que hablar con el presidente. Y con David, que es mi mano derecha, mi preparador físico. David ha hecho un esfuerzo brutal este año, viniendo de Xinzo de Limia; 300 kilómetros diarios y ni para gasolina. Los meses que le han echado una multa ha perdido dinero; los que no, ha empatado. En estas condiciones no puedes trabajar. Sacrificas un año de tu vida por una ilusión, por pelear para ver hasta dónde puedes llegar. Pero yo he involucado en mi staff técnico a gente que hace 300 kilómetros diarios. Un año sí, más no. Es una locura". Y aunque queda pendiente esa conversación con Seoane, admite: "Cuando estás en un club como el Bouzas sabes lo que hay".

Diz confía en que esa decisión de Salinas obedezca al cansancio del momento: "Está cansado de vernos las caras". Se las volverán a ver una última vez al menos: una cena con toda la plantilla. "No creo que nos invite nadie. Pondremos un escote y a ver quién nos hace un menú en Bouzas por 20 o 25 pavos", aventura Patxi.