El Rápido de Bouzas se enfrenta el domingo a una situación similar a la vivida hace doce años cuando se quedó a un paso de lograr el ascenso a Segunda División B. En junio de 2005 los aurinegros alcanzaron la tercera ronda de la fase de ascenso en la que se enfrentaron al Móstoles madrileño con la ligera ventaja que les proporcionaba disputar el encuentro de vuelta en el Baltasar Pujales. La situación es idéntica a la que vivirán el domingo con la salvedad de que hace doce años los vigueses eran los que defendían en su estadio el 1-1 conseguido en el encuentro de ida. Y no alcanzaron el objetivo tras un encuentro de vuelta cargado de emoción y polémica.

Aquella fue una eliminatoria compleja en la que el Rápido tuvo en su mano el pase, pero fue claramente penalizado por los errores propios y los de los árbitros. En la ida jugada en Madrid los vigueses se adelantaron en el marcador con un gol de Jorge Fernández, pero a partir de ahí sufrieron las expulsiones de Carril y de David Pujales y el gol el empate de los madrileños. Pero aún así dispusieron los de Josiño Abalde de un penalti que podría haber sido determinante para el destino de la eliminatoria pero Marcos lo falló. El 1-1 logrado fuera de casa era de todos modos un magnífico resultado para conseguir el objetivo que se habían propuesto.

Una semana después el Baltasar Pujales se llenó hasta la bandera para preparar la que debería ser la gran fiesta del ascenso del equipo a Segunda B. Pero las cosas se pusieron muy complicadas para el Rápido de Bouzas (que se enfrentaba a la misma situación que el Peralada este domingo). El Móstoles se adelantó en el minuto cuatro y amplió la diferencia en el veinte. Pero el Rápido no se dio por vencido. Igualó a dos goles gracias a los tantos de Marcos y Amador en propia puerta. Solo quedaban seis minutos que los de Bouzas jugaron en el área del Móstoles y llegaron a marcar el tercer gol, pero el árbitro lo anuló.

Doce años después el Rápido de Bouzas es el Móstoles de entonces y el Peralada toma el papel que los vigueses jugaron en aquella eliminatoria. Queda por saber si el destino de la eliminatoria es el mismo y si al Peralada le pesa el hecho de defender en su campo el 1-1 conseguido en la ida. Al Rápido de Bouzas le sucedió en aquel momento. Por cierto, una curiosidad. Aquel 26 de junio de 2005, en Bouzas, acodado en la banda del Baltasar Pujales Patxi Salinas seguía el encuentro en compañía de un grupo de amigos (uno de ellos el excéltico Míchel Salgado) sin saber que doce años después él sería quien viviría con los de Bouzas una situación similar.