El Rápido de Bouzas llega vivo a los últimos noventa minutos de la temporada. No fue el empate sin goles que le hubiera gustado al entrenador aurinegro Patxi Salinas, pero fue una igualada a goles que mantiene intactas las opciones de los boucenses de lograr el tan ansiado ascenso.

Si hay que quedarse con algo del encuentro, fue con la segunda parte del Rápido. Unos cuarenta y cinco minutos que marcaron el camino a seguir el próximo domingo en el municipal de Peralada. Además de esas pistas, fue encomiable el empuje de los boucenses con un hombre menos tras la rigurosa expulsión de Adrián, a poco más de media hora para la conclusión del encuentro.

La situación pudo con los jugadores del Rápido en la primera parte del encuentro. La final, un rival de calidad y el Baltasar Pujales completamente lleno le pasaron factura a un equipo que se mostró demasiado nervioso sobre el terreno de juego. Salinas volvió a confiar en el mismo "once" que eliminó al Villa de Santa Brígida, con una línea de cuatro en el centro del campo que trataba de frenar al rival, y con Pablo Carnero y Tomás Comesaña en punta de ataque.

El problema de ayer fue que esa medular tendía más hacia labores defensivas que a presionar al rival para recuperar el balón. Fue la situación ideal para un Peralada que mostró una gran calidad. En defensa, el lateral Pablo Carbonell recuperaba numerosos balones y subía con mucho sentido por la banda. En el doble pivote Traore se encargaba de recuperar balones para que los jugadores del Rápido no llegaran a las inmediaciones de Gianni, y delante Coro marcaba la diferencia, demostrando que la Tercera División se le queda pequeña.

El balón no le duraba en los pies a los jugadores del Rápido, que lo perdían con una facilidad pasmosa ante un Peralada al que al principio le costó acostumbrarse al césped artificial del Baltasar Pujales, seco, y en donde le costaba rodar al balón.

Las llegadas del Rápido a las inmediaciones del área defendida por Gianni eran contadas y casi siempre con disparos desde lejos. El Peralada comenzó a tener más presencia en el área boucense. Coro puso a prueba a Diego mediado el periodo, y poco después le metió un balón a Ernest, que por fortuna para el Rápido lo estrelló fuera.

No había buenas sensaciones en la grada del Baltasar Pujales y los peores presagios se cumplieron a la media hora, cuando Coro metió un balón al área, y en un intento por despejar el balón, Cotilla y Vieytes se estorbaron y este último metió el balón.

Fue un duro golpe para los jugadores del Rápido de Bouzas que, además, se veían incapaces de crear peligro en el área catalana. Sin embargo, el partido pudo dar un giro en la última jugada de la primera parte, cuando el balón golpea en el brazo de un defensor del Peralada y el colegiado ordenar seguir el juego. Una situación exactamente igual a la del final del partido, y que esta sí señaló significando el tanto de la igualada para el Rápido de Bouzas.

El primer cambio llegó en el tiempo de descanso. Salinas sorprendió con el cambio, al dejar en el vestuario a Jesús Varela, bajando a Juanma Torres a su posición y metiendo a Carlos Pereira en la banda derecha. El Rápido de Bouzas salió con una marcha más y en la primera jugada tras la reanudación Tomás se quedó solo ante Gianni. El delantero boucense disparó con mucha fuerza, pero el guardameta catalán sacó una mano que evitó el tanto de la igualada. El Rápido de Bouzas era otro equipo totalmente diferente, y minutos más tarde era Youssef quien disponía de otra buena ocasión para subir la igualada al marcador.

Evidentemente el Rápido de Bouzas estaba asumiendo muchos riesgos en defensa, pues con calidad que atesoran los jugadores del Peralada, cualquier contra podía ser mortal. Sin embargo la presión de los boucenses conseguía tener metidos a los catalanes en su área, y las escasas salidas eran siempre bien cortadas por la línea medular del Rápido.

A media hora para la conclusión del encuentro, el Rápido sufría otro golpe con la expulsión de Adrián. El central cortaba en falta una jugada de ataque del Peralada y el colegiado le mostró la cartulina amarilla, la segunda, con lo que fue expulsado. Una tarjeta excesivamente rigurosa en una jugada que se produjo en una esquina del campo, sin peligro ante la portería del Rápido y, sobre todo, cuando Adrián ya tenía una tarjeta.

La situación obligó a Patxi Salinas a tener que introducir una nueva modificación en el sistema, al tener que meter a Yago Pérez en el centro de la defensa, aunque un poco adelantado, para que continuara recuperando balones e impidiera el juego cómodo de los catalanes en ataque.

El partido entró en una fase en la que el Rápido seguía apretando buscando el tanto de la igualada, mientras que el Peralada ya no estaba tan cómodo como al principio y las contras que trataba de montar eran cortadas por los bouceses, que fueron de menos a más, y tenían el partido en donde ellos querían.

Diego Diz fue el siguiente en disponer de dos claras ocasiones para recortar la desventaja, pero el balón no quería entrar. La grada empujaba, y Tomás le pedía desde el terreno de juego un empuje más para marcar ese gol.

Salinas volvió a mover el banquillo echando mano del "Plan B". La entrada de Pardavila y Nico le dio mucho más aire a las bandas aurinegras. Los jugadores del Rápido agotaban las últimas reservas frente a la portería del Peralada. Pardavila volvió a tener otra gran oportunidad al quedarse solo ante Gianni, con tiempo para bajar el balón y preparárselo para disparar, pero el esférico se estrelló en el lateral de la red.

Los jugadores del Peralada trataban de perder tiempo cada vez que tenían la oportunidad. Estaban avisados de que el Rápido no echaría el balón fuera, pero les daba exactamente igual, porque el botín que tenían era muy preciado y todas las armas valían.

Pero a dos minutos para la conclusión del encuentro llegó una jugada idéntica a la del final de la primera parte, con una mano de un defensor catalán dentro del área. Tras unos instantes de duda, Horderas Castellanos señaló el punto de penalti.

Carlos Pereira cogió el balón en sus manos, vio para Pablo Carnero, para Patxi Salinas, y se dirigió al punto de penalti con el balón. El disparo, seco y ajustado, ponía la igualada en el marcador, a dos minutos para la conclusión del encuentro.

Los minutos finales, y el tiempo añadido, se vivieron con gran intensidad. El Rápido seguía dominando y controlando el juego, aunque en esta ocasión la defensa catalana se mostró firme, impidiendo que llegara un segundo tanto de los jugadores aurinegros.

Un empate que deja las armas en alto para el partido de vuelta, el próximo domingo a las 18.15, con un Rápido que a lo largo de la temporada ha hecho grandes cosas lejos de Bouzas.