El Fenerbahce se estrenó como campeón de Europa al derrotar al Olympiacos por 80-61, en una final en la que el equipo griego aguantó 25 minutos para caer ante el gran rendimiento de Bogdan Bogdanovic, Nikola Kalinic y Luigi Datome.

Comenzar una final con un mate a dos manos de espaldas en "alley-oop", casi una quimera, fue lo que hizo el checo Jan Vesely para inaugurar el Fenerbace-Olympiacos, aunque el jugador más inspirado de inicio fue Nikola Kalinic, autor de tres triples sin fallo y un 2+1 para 12 puntos.

Esos doce puntos, más el equilibrio que da al equipo en la transición defensa-ataque y viceversa, fueron la causa principal junto al trabajo de Bobby Dixon, Jan Vesely y Ekpe Udoh de que el Fenerbahce acabase el primer cuarto con un ventaja importante, 26-18.

Desde la reanudación el partido entró en modo final, es decir, cada balón pasó a ser más importante, de cada bloqueó comenzaron a saltar más chispas y cada vez fue más difícil encontrar un pase claro o un tiro medianamente liberado.

El Olympiacos salió a luchar en las trincheras y su táctica le permitió seguir en el partido, 49-44 (min.25.30), sin que el Fenerbahce pudiera imponer su teórica superioridad técnica.

Pero en la segunda parte del tercer cuarto, el equipo griego comenzó a denotar síntomas de fatiga y en ese momento el Fenerbahce se lanzó al cuello de su rival, 57-44 (min.27.15), con Luigi Datome adquiriendo protagonismo en ataque.

El final del cuarto fue lo mejor que le pasó a Olympiacos porque la diferencia de doce puntos, 60-48, pudo haber sido mayor.