En las filas del Carballal milita una cadete que comparte genes y talento con Anthía Espiñeira. Se trata de Sarai, su hermana pequeña, que precisamente empezó a practicar balonmano antes que la central del Mecalia Guardés.

Son cuatro años los que separan a estas dos hermanas, que tratan de ayudarse mutuamente en su carrera deportiva. "Ahora vivo en A Guarda y no estamos todo el día juntas, pero cuando viene a ver mis partidos, o yo voy a ver los suyos, siempre comentamos aspectos, jugadas, siempre tratamos de aconsejarnos y ayudarnos mutuamente", asegura Anthía Espiñeira. "Es mi hermana y siempre voy a tratar de ayudarla en lo que pueda".

No oculta la jugadora del Mecalida Guardés su admiración por su hermana "Tiene mucho talento", anuncia. Y así lo demostró en la reciente edición de la Minicopa de la Reina, donde la cadete, que juega en las filas del Carballal, aportó algunos destellos de su calidad que no pasaron desapercibidos por sus aficionados. "Es muy joven y todavía tiene cosas por pulir", indica su hermana mayor.

Paradójicamente, fue precisamente Sarai la que empezó en el Lavadores a jugar al balonmano. "Lleva desde pequeña, empezó incluso antes que yo. Yo llevo diez años jugando, y ella empezó un poco antes", rememora Anthía. "Yo al principio no sabía qué era el balonmano", bromea. Por fortuna, se decidió a seguir los pasos de su hermana pequeña, para convertirse en la "Guerrera" que es hoy en día. "Las dos empezamos en el Lavadores y luego tomamos diferentes caminos, ella en el Carballal y yo en el Mecalia", explica.

Cuatro años separan a estas dos hermanas, que sueñan con, en un futuro, volver a encontrarse en las pistas. "Mi hermana tiene mucho talento y si se pone las pilas puede llegar a donde quiera y, quién sabe, quizá algún día podamos jugar juntas o incluso enfrentadas. Eso ya el tiempo lo dirá", anuncia Anthía Espiñeira.