Doce años le ha costado al Rápido de Bouzas volver a disputar una fase de ascenso, algo que ayer certificó tras derrotar al Silva a dos jornadas para la conclusión del campeonato. Una vez lograda su participación en la fase, los aurinegros buscan ahora consolidar la segunda plaza, en dura pugna con el Cerceda, que disputará esta tarde su partido ante el Compostela.

No fue un partido fácil para los jugadores entrenados por Patxi Salinas. El fuerte viento que jugó en su contra en los primeros cuarenta y cinco minutos, la ansiedad por necesitar la victoria, y un Silva que no regaló nada, llevó a los boucenses a tener que esperar a la segunda parte para abrir la muralla coruñesa.

El Rápido llevó el peso del encuentro. Dominaba el centro del campo y buscaba las bandas para llevar peligro sobre la portería de Damián, pero al llegar a la frontal perdían el balón con relativa facilidad. Además, la presión hacía que se perdieran demasiados pases, permitiendo que los coruñeses recuperaran varios balones. No fue un primer tiempo de muchas ocasiones, aunque la mejor fue para Youssef, tras una buena contra de los boucenses. El delantero se plantó solo ante Damián, enviando el balón alto.

El propio Youssef dispuso de una jugada muy similar al comienzo de la segunda parte, cuando volvió a quedarse solo ante Diego, fallando una vez más.

La situación no cambió demasiado al comienzo de la segunda parte. El Rápido seguía buscando un tanto que rompiera la igualdad inicial, mientras que el Silva esperaba una contra par dinamitar el partido. Fue Carlos Pereira, quien a media hora para la conclusión del encuentro, recibió un balón largo para controlar y batir por bajo a Diego. Una gol que servía para descargar los nervios que atenazaron al equipo y que los liberó de la presión.

El Silva se estiró un poco, pero el Rápido, lejos de encerrarse, buscó un segundo gol que llegó por medio de Adrián a cinco minutos para el final. Después, la fiesta.