El Amfiv ya está en semifinales. La escuadra viguesa atropelló a sus dos primeros rivales y esta mañana (10.00) se juega el primer puesto del grupo con London Titans, que también sumó dos victorias aunque de forma más ajustada (59-47 al Devedo; 51-54 al Marseille). El Amfiv quiere evitar por la tarde al rival más fuerte en el cruce, el Wiesbaden alemán, y mantenerse además como inquilino de Navia -el segundo deberá desplazarse a Bouzas-. El plan diseñado para disputar la final -mañana, a las 12.15- se ha cumplido con milimétrica perfección en su primer tramo.

La escasa información que se manejaba sobre los adversarios inquietaba al cuerpo técnico. La incógnita se despejó con alivio en lo que respecta a Marseille y Devedo; ambos muy inferiores al Amfiv en lo baloncestístico y lo físico. Los vigueses apuestan por la velocidad como principal argumento. Galopan hacia esa última frontera, que es el título.

El Marseille había aterrizado en Vigo tras proclamarse campeón de la copa de su país. Amfiv abrió con un parcial de 6-0 y su ventaja se estabilizó en ese parámetro. Los franceses plantaron cara al quinteto inicial de cuatros (Alejos, Envó, Zavala) y unos (Jama, Cronau). Guyoy manejaba el balón, alargando los ataques. Amah y Falempe, bien erguidos sobre sus sillas, encontraban posición cerca de canasta. Cuando el Amfiv probó a romper (20-10), el veteranísimo Yoyo Boustilla lució su intemporal muñeca.

César Iglesias maneja el "one-two punch". Si el ataque inicial, más equilibrado, no surte efecto, el entrenador vigués incrementa el ritmo con sus puntos intermedios. A Manu Lorenzo, con reducción por ser sub 22, aún le falta temple pero exhibe sus brazos interminables. Costas y Vilas asfixian al rival. Veloces, intensos, ambos llevaron la presión a la garganta del Marseille. El "run and gun", de ataques breves, se transformó en una sucesión de contraataques. El rival boqueó, lastrado por sus años y sus kilos.

Al descanso, el partido parecía resuelto (41-24) y la impresión quedó confirmada en la reanudación. Cronau aplicó el "man out" sobre Yoyo. El Marseille tiró la toalla. César Iglesias pudo dosificar el gasto de todos sus jugadores. Santi Comesaña, para regocijo de los escolares presentes en la grada, saltó a la cancha.

El relato vespertino copió el final, aunque discurriese con otra trama. El Devedo, fotografía inversa del Marseille, peca de juventud y escaso oficio. Añoró además a Bo Kramer, su mejor jugadora. El conjunto holandés resulta tibio, indefinido, repleto de puntos intermedios con más apariencia que sustancia. El Amfiv sentenció esta vez sin incertidumbre, desde el primer cuarto (8-25). Después del descanso (21-51) aflojó el dogal y consintió el intercambio de canastas. Como suele suceder cuando los equipos se destensan, prendió la chispa en una colisión entre Manu Lorenzo y Broeze. Alejos, atento, le marcó territorio al holandés y ordenó serenidad a su joven colega. No tenía sentido enturbiar una primera jornada impecable.

El Amfiv asienta sus virtudes y refuerza su confianza: juego coral, anotación repartida, riqueza táctica, ritmo frenético constante, superioridad física. London Titans será la última prueba previa al todo o nada. El entrenador inglés reservó a su mejor baza ofensiva, Andy Dear, en el segundo partido. Dispone de varios lanzadores fiables. Pero lo corto de su triunfo sobre el Marseille otorga a los locales la condición de favoritos. Será a las 18.15 horas, en las semifinales, ante Wiesbaden o Merkezi, en Navia o Bouzas, cuando la Challenge Cup auténtica comience para los vigueses.