"El hombre de la eterna sonrisa" ha regresado a los terrenos de juego 316 días después de que se lesionase de gravedad la misma jornada que celebraba los 28 años de edad, durante un partido en Balaídos contra el Betis. "Creemos que puede ser un gran refuerzo para nosotros hasta el final de temporada", explicaba ayer el presidente del Celta, Carlos Mouriño, al anunciar la buena nueva de que Claudio Benoit Beauvue (Guadalupe, 1988) vuelve a estar apto para el fútbol. Lo agradece además el Celta, necesitado como está de delanteros ante un calendario tan exigente y después de perder en los últimos meses a Nolito y a Orellana, mientras algunos de los recambios no están ofreciendo el rendimiento esperado, como se pudo comprobar el domingo en El Molinón, donde el moañés Iago Aspas tuvo que salir al rescate del conjunto celeste.

El carácter alegre de Beauvue le ha ayudado a superar una rotura del tendón de Aquiles de su pierna derecha. El guadalupeño con pasaporte francés reconocía tiempo atrás que su compañero Andreu Fontás le había resultado de gran ayuda durante el largo proceso de rehabilitación. El zaguero catalán le iba explicando las fases a las que debía enfrentarse y cómo lo había afrontado él, pues meses antes había sufrido una lesión parecida.

Al concluir el partido del domingo en El Molinón, donde Beauvue disputó los últimos doce minutos, en sustitución de Rossi, el Celta publicó a través de las redes sociales un mensaje de felicitación por la vuelta de su delantero: "Tras 10 meses alejado del terreno de juego por lesión, Beauvue regresó ayer en el Sporting-Celta. ¡Notición! ¡Enhorabuena Claudio!".

Aparte del futbolista, quien más feliz puede estar en estos momentos por la vuelta del guadalupeño es Eduardo Berizzo. En las últimas semanas, el técnico argentino ha repetido con insistencia que el futbolista mantiene intacta su calidad técnica, la que hace dos temporadas le convirtió en una de las estrellas del Guingamp, con el que sumó 27 goles entre Liga, Copa y Europa League. Esa capacidad como rematador le llevó a firmar un muy buen contrato por el poderoso Olympique de Lyon, con el que debutó en la Liga de Campeones y anotó ocho tantos en media temporada.

Diferencias con el entrenador y con una parte de la afición del conjunto francés llevaron a Beauvue a aceptar en enero del año pasado la oferta del Celta, que desembolsó alrededor de cinco millones de euros por su traspaso. En Vigo firmó un contrato por cinco temporadas y en el mismo se incluyó la mayor cláusula de rescisión de toda la plantilla celeste: 40 millones de euros.

A Vigo llegó el 16 de enero de 2016 y después de asistir en directo al Celta-Levante debutó con la camiseta celeste en el partido de ida de los cuartos de final de la Copa del Rey contra el Atlético de Madrid en Balaídos. Días más tarde se estrenaría en LaLiga, en Vallecas. Al tercer partido del campeonato le marcó un gol al Sevilla (1-1). En la decimotercera actuación con el Celta, el día de su cumpleaños, (16 de abril), Beauvue tuvo que retirarse del campo a falta de un minuto para el descanso. Los médicos le comunicaron que se había roto el tendón de Aquiles y que le esperaban siete meses de recuperación, como mínimo. A partir de ahí, recuperar masa muscular en la pierna dañada y alcanzar el ritmo de competición necesario para participar en un partido oficial fueron sus objetivos.

El club descartó buscarle un recambio en el mercado de invierno, a pesar de las peticiones del técnico de reforzar la delantera ante la precipitada salida de Orellana. Berizzo, en estos momentos, solo confía plenamente en cuatro atacantes: Aspas, Guidetti, Bongonda y Sisto, para tres posiciones. Rossi y Señé no acaban de dar un paso adelante para pelear por una de esas plazas. Beauvue, para el ex director deportivo del Celta y actualmente en el Real Madrid, es un futbolista de primer nivel. Berizzo parece compartir esa opinión y se muestra entusiasmado con que el franco-guadalupeño pueda estar preparado para afrontar un partido completo. La delantera del Celta ganará potencial, parte del que perdió tras las marcha de Nolito, al Manchester City, y de Orellana, al Valencia, y que un genial Aspas trata de minimizar con actuaciones excepcionales.

En su reaparición el domingo en El Molinón, Claudio Beauvue se encontró con el mismo árbitro de su día nefasto, el vasco De Burgos Bengoetxea. Entró en el minuto 78 por un Rossi que no acaba de alcanzar el ritmo de los titulares. Tuvo una ocasión de gol en el área del Sporting, pero el colegiado acabó señalando falta sobre el portero Cuéllar. El atacante céltico se llevó una tarjeta amarilla. Una prueba de que ha vuelto el futbolista que sorprendió al jefe de los servicios médicos del Celta por su alegría ante la adversidad de una grave lesión.