El Coruxo cayó derrotado en un campo de Barraña que estrenaba vestuarios ante un Boiro enrachado, que firmó una fabulosa primera media hora de partido que le sirvió para anotar dos tantos, obra de Juanpa y Pedro Beda. Los hombres de Rafa Saéz reaccionaron en la segunda parte, impulsados por un Osterholm que dio el salto de nivel desde el banquillo, pero el conjunto local supo aguantar el tipo e incluso Cano redondeó una victoria -la segunda consecutiva en casa- que frena la racha de tres triunfos consecutivos que atesoraba la escuadra visitante.

Desde el primer minuto, ambos equipos se fueron hacia arriba sin dejar lugar a la especulación. El fútbol valiente y atrevido de los dos contendientes permitió ver un partido entretenido y con alternativas, en un continuo ida vuelta en el que Camochu gozó de la primera ocasión para los visitantes con un testarazo ante el que Pato respondió con una buena intervención

Poco a poco, el Boiro fue imponiendo su intensidad y la pelota dejó de ir y venir de un lado al otro para instalarse en el campo del conjunto vigués la mayor parte del tiempo. El despliegue de los pupilos de Fredi, empujados por una grada de Barraña llena a reventar, achicó al equipo vigués, cada vez más atrás y cada vez más sobrepasado. Jimmy protagonizó varias incursiones por la banda izquierda que obligaron a trabajar a destajo a un Alberto Domínguez que no pudo hacer nada cuando Juanpa enganchó un balón suelto en la frontal del área y lo clavó en el fondo de la portería con un zurdazo seco y cruzado que entró junto al palo derecho.

Seis minutos de gloria

Era el minuto 23 y el tanto reforzó el ánimo dominador del conjunto del Barbanza, que siguió percutiendo en busca de un segundo gol que no se hizo esperar. Seis minutos después, Romay protagonizó una fantástica cabalgada por la derecha en la que ganó la línea de fondo y cedió atrás para que Pedro Beda marcase a placer con la portería vacía.

El esfuerzo de los jugadores locales había sido memorable, pero la recompensa también y el Boiro se tomó un ligero respiro que permitió al Coruxo crecer en el partido y apretar en el tramo final del primer acto buscando recortar distancias. Mateo, con dos disparos arriba, gozó de las mejores situaciones.

En la reanudación, El técnico visitante, Rafa Sáez, decidió mover el banquillo y dejó en la caseta a Pablo García para buscar la opción de Jorge Fernández desde el principio en la segunda parte. El equipo visitante se volcó sobre la pardela local, pero el Boiro, bien plantado, aguantó bien el tirón en una versión distinta a la que ofreció en el primer tiempo. El técnico visitante quemó las naves a la hora de juego e introdujo a Osterholm y Quique Cubas para tener mayor presencia arriba. El primer balón que tocó el sueco dejó a Rubén completamente solo ante Pato pero su remate a bote pronto se fue a las nubes.

Osterholm, revulsivo

Y es que el fichaje invernal del Coruxo se convirtió en un auténtico revulsivo y desde la banda izquierda revolucionó el partido. Una buena acción individual en la que le ganó la partida a Axel y resolvió bien Pato fue el primer aviso. Poco después, de nuevo Osterholm se la guisó y se la comió dentro del área pero un defensor local rechazó el disparo tirándose al suelo.

El Boiro fue capaz de sobrevivir al arreón del Coruxo, que se diluyó pasado el minuto 75, lo que dio aire a los pupilos de Fredi que, con los cambios, recuperaron frescura. Uno de los hombres de refresco, Pablo Pillado, ejecutó una jugada ensayada que dejó solo a otro de los recambios, un Rubén Rivera que se encontró con la respuesta de Alberto Domínguez. Yebra estrelló un tiro contra el palo poco antes de que Alberto García reclamase un penalti que el árbitro dejó sin sanción. Ya en el tiempo de prolongación, con el Coruxo entregado, Cano firmó el tercer tanto al contragolpe.