El Celta somete a su afición al mismo ritmo vertiginoso que esta temporada lleva la plantilla de Berizzo. La caravana celeste, con unos seiscientos aficionados, se puso en marcha ayer desde distintos puntos de la Península para presenciar el partido de esta tarde en El Molinón. Aunque una avanzadilla ya recorría las calles de Gijón la noche del viernes, el grueso de la expedición partió a lo largo de la jornada de ayer en autobuses y en vehículos particulares.

Es el desplazamiento más masivo del celtismo desde que el pasado 8 de febrero se trasladase hasta Vitoria para acompañar a su equipo en el partido de vuelta de las semifinales de la Copa del Rey.