El reducido grupo de aficionados del Celta que acudieron a Ucrania para apoyar al equipo vigués no se libraron de pequeños incidentes durante la jornada.

El más significativo afectó a los dos aficionados que viajaban al margen de la expedición oficial. Se trata de dos jóvenes hinchas (Samuel Rivas y Berto Carballo) que se organizaron para realizar un peregrinaje por Europa que les llevó hasta Ucrania. Tras disfrutar de la victoria del Celta uno de ellos, Samu, explicó a través de las redes sociales que unos aficionados ucranianos le habían dado un puñetazo, le habían robado la bufanda del Celta y se la habían quemado.

Tras conocer Carlos Mouriño lo sucedido, el presidente del club tomó la decisión de invitar a los dos jóvenes aficionados a subirse en el vuelo chárter del Celta y regresar a Vigo con el resto de aficionados que se desplazaron con el equipo. Había plazas de sobra en el vuelo y el presidente entendió que era lo menos que podía hacer por los jóvenes seguidores.

No fue el único incidente que se produjo en el día. Un grupo de aficionados acudieron a comer a un centro comercial de Járkov y allí se encontraron con un grupo numeroso de aficionados "radicales" del equipo ucraniano. Las fuerzas de seguridad se encargaron de custodiarles hasta el hotel para evitar mayores problemas y les advirtieron de la conveniencia de no mostrar en exceso sus distintivos hasta que estuviesen dentro del estadio.