El madrugón no fue como el de hace 24 horas. Amanecía en Járkov. Los celtistas se despertaban en su habitación del hotel Chichikov. Los copos de nieve envuelven el asfalto de la ciudad ucraniana que a partir de las 21:05 horas acogerá el segundo asalto entre el Shakhtar Donetsk y el Celta. A las 10:00 hora local (en la Península es una hora menos) bajan a desayunar. Toman fuerzas para una jornada larga y que esperan que termine con final feliz a medianoche.

Suso Sánchez, uno de los celtistas que viajó ayer con el equipo desde Peinador, confiesa a FARO que hace más frío que ayer. Sin embargo, la ilusión del grupo de aficionados va en aumento, como las gélidas temperaturas que esta noche esperan tanto a los hombres de Paulo Fonseca como a los de Berizzo. Tras el desayuno, un autocar les espera a la puerta del hotel. En él está Igor, el guía que les mostrará los encantos de Járkov.

Durante la mañana en la urbe ucraniana, la veintena de celtistas visitó la Catedral de la Asunción, el antiguo edificio de la KGB o la Plaza de Járkov en la que caben hasta 300.000 personas. En ese periplo descubriendo la ciudad donde juega el Metalist se encontraron con otro grupo de aficionados del Shakhtar Donetsk. No hubo mal ambiente. Todo lo contrario. Ambos cogieron sus cámaras y sellaron el buen rollo entre ambas hinchadas.

Ya en pleno mediodía, el partido ya se visualiza en sus mentes. Suso Sánchez ya piensa en la posible alineación por la que apostará Berizzo para asaltar el Metalist Stadium. Tanto él como el resto de sus compañeros de viaje y de amor celeste se decantan por Sergio; Hugo Mallo, Cabral, Roncaglia, Jonny; Pablo Hernández, Jozabed, Wass; Aspas, Pione Sisto y Guidetti.

El encuentro ya es el principal protagonista. La ciudad o el turismo ya son cosas secundarias. Queda lo más importante, la razón por la que han recorrido casi 4.500 kilómetros. Tras conocer Járkov, la gastronomía ucraniana y adaptarse a su frío invierno, queda lo más difícil y también el desafío más anhelado: ser testigos del asalto al Metalist Stadium.

El susto llegó tras la comida. La veintena de celtistas se dividieron para comer. Cinco de ellos acudieron a un centro comercial de Járkov para aprovechar y hacer unas compras. Al salir comprobaron que les esperaba medio centenar de ultras del Shakhtar Donetsk que los habían perseguido. Volvieron a entrar al espacio comercial. Llamaron al Celta, que se puso en contacto con la policía ucrania. Los agentes escoltaron a los cinco celtistas en dos de sus vehículos hasta el hotel Chichikov.

Tras el mal rato, los seguidores del Celta desplazados han recibido la consigna de que no muestren ningún elemento identificado (bufanda o camiseta) del conjunto vigués para evitar cualquier tipo de altercado en el entorno del estadio.