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El Celta se obliga a una proeza

La tenencia de la pelota no basta al equipo vigués, que vuelve a pagar sus errores y cae a la contra ante un eficiente rival

John Guidetti protesta un posible penalti no señalizado por el árbitro, ayer tarde en Balaídos. // Ricardo Grobas

El Celta prolonga su más negra semana del curso con una derrota frente al Shakhtar que obliga al grupo de Berizzo a una proeza la próxima semana en Ucrania. No tuvo su mejor tarde el cuadro celeste frente al poderoso conjunto eslavo, que confirmó en Balaídos el buen pie que le ha convertido en el mejor equipo de la fase de grupos. No necesitó demasiado el cuadro del portugués Paulo Fonseca para conquistar el coliseo celeste. Le bastó con orden táctico, rigor defensivo y una eficacia letal al contragolpe para llevarse un resultado que inclina la eliminatoria claramente a su favor.

Los celestes no solo deberán desafiar al frío extremo en Ucrania, sino también anotar dos goles a un adversario que se defiende bien y ataca aún mejor.

samba y arrtillería

Prácticamente nada se dejaron Berizzo y Fonseca en el armero. El céltico recuperó a Wass y a Bongonda, ausentes en el Calderón en beneficio de Jozabed y Sisto, que ayer esperaron turno en el banquillo; el luso formó con cinco brasileños (Ismaili, en defensa, Fred, Marlos y Taison en medio campo y Dentinho en ataque) y su último fichaje de enero, el delantero argentino Gustavo Blanco, autor del único gol.

un celta sin filo

El plan de Berizzo de defenderse atacando funcionó muy relativamente. El Celta tuvo la pelota pero fue el Shakhtar el que marcó aprovechando la autopista que el conjunto ucraniano encontró a la espalda de los celestes hacia la portería de Sergio. La posesión del balón es un medio no el fin del juego y el Celta se equivocó demasiado en los metros finales y cometió errores defensivos demasiado gruesos como para salir incólume del trance ante un adversario que le esperó bien plantado y con veneno a la contra. Faltó fluidez en la elaboración y precisión en los últimos metros para sacar provecho de su dominio, que resultó yermo. Una sola ocasión clara tuvieron los celestes en el primer tiempo, tras una hermosa combinación en el área entre Guidetti y Bongonda que el belga, en boca de gol, envió por encima de Pyatov.

El Shahktar llegó dos veces con claridad. Anotó a la contra aprovechando un rechace en su propia área tras una falta lanzada por Wass y perdonó la sentencia en un mano a mano de Taison con Sergio tras una pérdida de Pablo Hernández en zona muy comprometida.

juego directo

Lo intentó el Celta en el segundo tiempo con un juego más directo, pero el guión del partido no se movió tras el intervalo en el que el Shakhtar tuvo algo más el balón. De nuevo fue el equipo de Berizzo demasiado predecible, impreciso y romo como para ver recompensado su esfuerzo y ambición, que no le faltó. Las mejores opciones para los de Berizzo llegaron, de hecho, a balón parado, en una falta que Pablo Hernández cabeceó atrás con muy mala intención aunque a la derecha de la portería de Pyatov. Faltó coordinación en la asociación de los atacantes y sobró aceleración en las jugadas, como en el frívolo taconazo a nadie de Guidetti, que podría haber seguido el mismo hacia la portería o dársela a Sisto para que la empujara.

sin cambios con los cambios

Los cambios mejoraron al Celta ligeramente aunque no lo suficiente como para recortar distancias. La entrada de Sisto por Bongonda dio algo más de mordiente al equipo, pero no cambió mucho las cosas en el área rival, que se mantuvo inexpugnable para los de Berizzo. Tampoco la entrada Jozabed, que suplió a Radoja, y jugó demasiado lejos del área, ni de Rossi, sin apenas tiempo para reinvindicarse mejoraron las cosas.

en busca de una gesta

La derrota cedida en Balaídos complica notablemente la eliminatoria y obliga al Celta a jugar un gran partido la próxima semana en para remontar. Pero si algo ha demostrado este equipo es que encaja los golpes con mandíbula de boxeador y dispone de recursos ofensivos para ganar en cualquier campo. El gélido Metalist de Jarkov, donde va a jugar ahora el Shakhtar, no es una excepción.

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