La amarga derrota sufrida en el Vicente Calderón ha vuelto a poner al descubierto las dificultades del Celta para administrar su ventaja en el marcador en los minutos finales de los partidos. Los dos goles recibidos en el Manzanares entre los minutos 86 y 88 de encuentro no son un hecho aislado esta temporada y muestran un déficit de oficio, de picardía en algunos casos, para cerrar encuentros que el equipo ha gobernado, a veces apabullando a su rival, como sucedió en San Mamés a finales de diciembre pasado.

Los minutos finales del duelo contra el Athletic fueron casi un calco de los jugados contra el Atlético de Madrid por los celestes, que vieron como se les escurría entre los dedos una victoria que tenían amarrada. Aduriz igualó en el minuto 81 el tanto inicial de Iago Aspas aprovechando un penalti cometido por Roncaglia y la expulsión por segunda amarilla del defensa central argentino del Celta obligó al equipo a fortificarse en su área. El equipo vigués resistió el acoso rojiblanco ocho minutos, hasta que San José aprovechó un balón bombeado por Iñaki Williams para enganchar desde fuera del área una volea imposible para Rubén Blanco. Con uno menos sobre el campo y apenas unos minutos por delante la remontada fue ya misión imposible.

A diferencia del duelo del pasado domingo en el Manzanares, los célticos estrellaron en San Mamés dos balones en la madera y dilapidaron media docena de ocasiones de gol muy claras que convirtieron a Kepa, el guardameta del Athletic, en el héroe del partido. El duelo frente a los de Simeone fue mucho más igualado, con alternativas en el juego y peligro en ambas porterías. El Celta logró lo más difícil ponerse por delante, pero a partir de este momento cedió la iniciativa al Atlético y acabó sucumbiendo al empuje de los de Simeone.

La idea de Berizzo de fortalecer el control de la pelota cambiando a Aspas por un tipo tan experimentado como Marcelo Díaz no sirvió al Celta, pues el internacional chileno apenas tuvo contacto con la pelota.

Los problemas del Celta para gestionar el marcador se dieron también muy claramente en Las Palmas, favorecidos en este caso por un error arbitral que propició la expulsión de Sergi Gómez (minuto 66) y dejó al conjunto vigués en inferioridad numérica. Los celestes vieron como Las Palmas remontaba en la segunda parte tres goles, los dos últimos tras la expulsión del zaguero barcelonés.

La mala gestión de los minutos finales de partido ha pasado también factura al Celta en otras competiciones. El ejemplo más palmario se produjo la pasada semana en Mendizorroza durante el segundo asalto de la semifinal copera contra el Alavés, donde el conjunto de Mauricio Pellegrino sacó a relucir el oficio que le faltó al Celta. Desde que Edgar deshizo la igualdad en el marcador a ocho minutos del final, los blanquiazules pusieron todos los medios a su alcance para dormir el partido, lentificando el juego con largas pérdidas de tiempo que fueron especialmente evidentes durante el descuento. De los seis minutos de prolongación concedidos por el árbitro, el Alavés se las ingenió para que se jugasen como máximo dos sin interrupciones del juego.

También en la UEFA Europa League (UEL) ha tenido el Celta algunos problemas para gestionar la ventaja. Ocurrió en este caso en el penúltimo encuentro de la fase de grupos frente al Standard de Lieja. El Celta necesitaba ganar para certificar su clasificación como segundo de grupo pero vio como Laifis igualaba en el minuto 81 el tanto marcado por Iago Aspas en el 8 y obligaba al equipo vigués a buscar la victoria en el último partido de la fase frente al Panathinaikos en Atenas.

Berizzo ha detectado un problema de inexperiencia que se traduce en dificultades para sujetar la ventaja. "Sólo nos faltó cerrar el partido. Somos un equipo joven y debemos aprender de estas derrotas (...). Los partidos duran hasta el final y debimos defender la ventaja con más oficio", observó el técnico céltico tras la derrota del Manzanares. Sin embargo, aunque en algunas posiciones están ocupadas por futbolistas muy jóvenes, como Radoja, Bongonda o Sisto, otras, sobre todo en la defensa y el medio campo, las defienden jugadores cuajados y con amplia experiencia internacional como Marcelo Díaz, Daniel Wass, Pablo Hernández y Facundo Roncaglia o con centenares de sus partidos a sus espaldas en la máxima categoría como Gustavo Cabral, Hugo Mallo o Jonny.