El Celta B tuvo que ponerse ayer el mono de trabajo para sacar adelante el derbi gallego ante el Racing de Ferrol. No obstante, la expulsión del ferrolano Pablo Rey también ayudó lo suyo a poder sacar el partido adelante.

Fue un duelo intenso, con dos equipos que se conocen bien, y con pocas ocasiones de gol. Los ferrolanos dejaron que fueran los célticos los que tuvieran el control del balón. Cerraron bien líneas e hicieron muy complicado que los jugadores entrenados por Alejandro Menéndez llegaran a las inmediaciones de Sergio García. Los futbolistas del Racing buscaban un robo en medio campo que les permitiera montar una contra mortal. Dani Benítez se cambiaba de banda de forma regular con Armental para buscar un poco más de profundidad.

Las primeras oportunidades de gol fueron para el cuadro vigués. Posiblemente una de las más claras fue la protagonizada por Borja Iglesias a los ocho minutos de juego, cuando recupera el balón y se interna por la banda izquierda, disparando muy ajustado al palo. Al Racing le costaba salir, pero cuando lo hacía era con peligro. Mendi estuvo a punto de dar un susto a los quince minutos de juego, cuando no llega a un balón que metió Dani Benítez desde la izquierda.

Las mejores ocasiones de los ferrolanos vinieron más por despropósito de los célticos que por aciertos propios, pues los vigueses se ponían a jugar el balón en la frontal y la presión de los jugadores del Racing les permitía recuperar el esférico.

No cambió demasiado la decoración al comienzo de la segunda parte. El Racing de Ferrol se encontraba cómodo en su función de aguantar para salir a la contra, hasta que en el minuto sesenta y tres llegó una jugada que marcó un punto de inflexión en el partido. Pablo Rey frenó de forma violenta a un jugador del Celta B cuando encaraba el área ferrolana, y como el capitán del Racing ya tenía una tarjeta amarilla se marchó al vestuario. Miguel Ángel Tena metió rápidamente a Juan Martínez para reforzar la línea medular, pero no fue suficiente.

El Celta no consiguió elaborar una de las mejores triangulaciones del partido para que Gus Ledes se quedara solo ante el portero ferrolano Sergio García. Ledes no quiso arriesgar y metió el balón a la derecha, en donde Brais Méndez, completamente solo, no tuvo más que empujar el balón.

Un gol que liberó a los célticos, que jugaron más relajados a partir de ese momento. Sin embargo, dejaron que los jugadores del Racing de Ferrol se crecieran. Se fueron arriba buscando el tanto de la igualada, aunque también hay que reconocer que les faltó ese empuje final para poder llegar con peligro al área viguesa.

Alejandro Menéndez les pedía una y otra vez a sus jugadores que estiraran líneas y no se quedaran metidos atrás, pero no pasaron apuros. Al final, la victoria del Celta B le ha permitido dormir en la segunda plaza de la clasificación, a tres puntos del líder.