El gobierno municipal de Vigo ha asegurado este lunes que antes del desprendimiento de la cubierta en la grada de Río de Balaídos (que obligó a suspender el partido Celta-Real Madrid por motivos de seguridad) "no hubo riesgos" para los aficionados, y ha vuelto a insistir en que "todo lo relacionado con la paralización" de la reforma en esa zona del estadio "es imputable al PP". Se ha precisado que debido al viento no será hasta mañana para evaluar los daños. El alcalde, Abel Caballero, ha apuntado hoy que "hubo presiones de todo tipo del Real Madrid" para que se disputase el partido del domingo. Pero recalcó que "el Real Madrid no manda en las decisiones de Vigo".

Caballero realizó estas declaraciones desde Madrid, donde como presidente de la FEMP ha mantenido una reunión con representantes del Gobierno. El regidor, al respecto de la suspensión del encuentro, expresó que "lo primero es garantizar la seguridad de trabajadores y espectadores".

"Vienen a enseñarnos cómo arreglar cubiertas", ironizó Caballero al respecto de la insistencia del Real Madrid para jugar en Vigo, que llegó a ofrecerse para arreglar la cubierta.

Por su parte, en Vigo, el portavoz del gobierno municipal, Carlos López Font, ha reiterado que la obra de reforma de la grada de Río se adjudicó a principios de diciembre pasado por 5,5 millones de euros y que, si la asociación ADEVigo, "próxima al PP", no hubiera presentado recurso especial ante el Tribunal Administrativo Central de Recursos Contractuales (TARC) "ya se podría estar haciendo esos trabajos".

Según López Font, la presentación de ese recurso forma parte de una "campaña intencionada" que buscaba la paralización de la reforma del estadio de Balaídos, y ha repetido que se trata de una asociación cuya directiva es "próxima" al vicepresidente de la Xunta y presidente del PP en la provincia de Pontevedra, Alfonso Rueda.

El portavoz municipal ha señalado que el gobierno conoce el mal estado de la grada y, por eso está "embarcado" en la reforma del estadio, y ha señalado que las obras de seguridad adjudicadas en 2014 no pudieron concluirse en todos los aspectos porque la empresa encargada alertó de que "los daños eran mayores de lo inicialmente previsto".

A preguntas de los medios sobre si se puede garantizar la seguridad en el estadio para los próximos partidos, Carlos López Font se ha remitido a las decisiones que adopten los técnicos. En ese sentido, ha recordado que hasta este martes, cuando se prevé que las rachas de viento sean de menor intensidad, no se podrá evaluar el daño en la cubierta ni decidir qué medidas se ponen en marcha.