El Academia Octavio atraviesa uno de los momentos más dramáticos de su historia. Comparable a la encrucijada que afrontó el club dos años después de la muerte de su fundador, cuando se produjo una fuga en masa de jugadores hacia el Mercantil; o a aquella noche a comienzos de los noventa en que Javier Rodríguez decidió, paseando hacia su casa, que desatendería el acuerdo de la directiva de solicitar en el registro de la Xunta la disolución de la entidad a la mañana siguiente. Ahora la escuadra rojilla, que durante 25 años estuvo entre los veinte mejores equipos de España, entre Asobal y la zona alta de Honor Plata, pelea por la permanencia en Primera Nacional. Y muchas de sus opciones dependen de los isquiotibiales de un serbio, Strahinja Simic.

El proceso que conduce al Octavio a su actual estado es complejo. El presidente achaca sobre todo las angustias económicas a la falta de un patrocinador principal durante el último lustro. El proyecto de renovación que encabezaban Jabato y Cerillo arrancó bien, pero no cuajó. El descenso a Primera Nacional liberó a los jugadores con contrato. El club llegó a agosto sin apenas plantilla e incluso sustituyendo a Paloto antes de que llegase a debutar como entrenador. Al final Rodríguez se puso en manos de dos entrenadores de recorrido y prestigio, Modesto Augusto y José Ramón Baldó. Se apostó por un número corto de efectivos, casi todos canteranos, actuales o antiguos. El dinero se enfocó a la contratación de un goleador que marcase diferencias: Simic.

El equipo arrancó bien, considerando la premura de su construcción. Le alcanzaba para moverse en posiciones tibias. Las lesiones han desestabilizado esa tranquilidad. Prada, joven extremo que había llegado a debutar con los mayores bajo la batuta de Jabato, acumuló 24 goles en las cuatro primeras jornadas. En la quinta se rompió el cruzado. Ayer se esperaban los resultados del portero Jesús Veiga, el suplente de Lloria en Honor B, que podría sufrir la misma lesión. Y Simic, que demostró en los primeros meses su gran capacidad anotadora, arrastra problemas musculares desde noviembre. Todavía no ha podido jugar en 2017.

"Con una plantilla corta, cualquier contratiempo va repercutiendo en el esfuerzo que hacen los jugadores. Son muchos minutos que tienen que jugar, con muy poco descanso. Y eso se va notando", comenta Modesto Augusto, que puntualmente ni siquiera ha tenido el mínimo exigido de efectivos, con la consiguiente multa.

Con Prada y quizás Veiga ya no puede contar en lo que resta. Con Simic cada partido es una incógnita. "Son los isquios de una pierna. Es una lesión que tuvo en el mes de noviembre. No la curó bien, tampoco tuvimos tiempo para darle el descanso que debía. Se le fue aumentando", explica el técnico. "Iremos probando poco a poco. Va más por sensaciones del día a día, de cada entrenamiento. Lo que tampoco queremos es arriesgar, que sufra una lesión mayor y le perdamos para bastante tiempo".

Sin Simic, al Octavio le ha costado competir en las últimas citas. Perdió con el Magope Seis do Nadal en Coia 32-13; en O Rosal, 27-13. "Las derrotas afectan, pero sobre todo cómo nos vemos durante los partidos. Contra el Seis do Nadal estuvimos muy mal. Repercute en la confianza de grupo. Aunque en O Rosal no estuvimos tan mal, aguantamos hasta un momento determinado y después no hemos sido capaces de llevar los partidos igualados", admite Augusto.

El Octavio es 13º con 10 puntos, igual que el Rasoeiro. En zona de descenso están Granitos Ibéricos (9) y Vilatrade Lavadores (8), que acaba de reforzarse. La permanencia se resolverá quizás en los enfrentamientos directos. Pero Modesto y Baldó no planean reservar energías. "No vamos a renunciar a sacar puntos contra según qué rivales. Se puede dar la oportunidad, como en resultados que tuvimos en la primera vuelta y que hemos visto en la segunda. Y si se nos presenta esa oportunidad, tenemos que estar preparados para aprovecharla".

Dos históricos del balonmano gallego, el Octavio y Augusto, han cruzado sus caminos en una época áspera, pero que el técnico acepta: "Todos, no solo yo, estamos intentando salir de esta situación tan particular que tiene el club, sobre todo involucrándonos en el rendimiento del equipo. Sabíamos de las dificultades que íbamos a tener desde el principio. No podemos estar lamentándonos continuamente, sino intentar rendir a pesar de los inconvenientes. Y en eso los jugadores están dando un paso al frente. Yo les valoro esa capacidad de abstracción que tienen en muchos momentos de olvidarse de todo lo que no sean exclusivamente los partidos". En el club elogian el liderazgo de Ángel o la implicación del propio Simic. "En cualquier grupo emergen figuras, pero destaco el comportamiento del grupo", matiza Augusto. "Nosotros hemos tenido buenas situaciones cuando hemos sido capaces de defender a determinado nivel. Y eso depende de todo el grupo. Es la línea que tenemos que recuperar".