Eduardo Berizzo evitó pronunciarse sobre el rival al que deseaba enfrentarse en las semifinales de la Copa del Rey. Lo único a lo que hacía referencia el entrenador del Celta sobre el sorteo era que a su equipo le tocase el partido de vuelta en Balaídos. Así había ocurrido ante los tres equipos a los que se enfrentaron los célticos antes de quedar emparejados con el Alavés y no le había ido mal, pues se presentó a las puertas de la final dejando fuera del torneo al UCAM Murcia, al Valencia y al Real Madrid y solo cediendo un empate, ante el actual líder de LaLiga.

En el primer duelo con el conjunto vitoriano, el Celta se cuidó con esmero de no encajar goles. Ese fue el primero y principal mensaje de Berizzo a sus jugadores. Estaba convencido el técnico argentino de que la eliminatoria se iba a decidir en Mendizorroza y confía mucho en la capacidad de sus futbolistas, como han demostrado a lo largo de los últimos años ganando en estadios como el Camp Nou, el Bernabéu, el Sánchez Pizjuán, Mestalla o el Calderón.

En el campo del Manzanares se presentó hace un año el Celta para librar el partido de vuelta de los cuartos de final de la Copa del Rey. En Balaídos se había producido un empate sin goles.

A priori, pintaba muy mal para los célticos en casa de uno de los candidatos a ganar LaLiga y que cerraría la temporada como subcampeón de Europa. Sin embargo, los de Berizzo dieron la sorpresa y eliminaron a los rojiblancos por 2-3. El potencial ofensivo del Celta quedó reflejado de nuevo en un estadio donde muy pocos pueden celebrar un triunfo ante los de Simeone.

Esta noche, el conjunto vigués afronta un reto similar al de hace un año en el Calderón, aunque con menos dificultades a priori. El Alavés es un rival duro pero sin el potencial del Atlético. De los últimos diez resultados que se han registrado este curso en Mendizorroza, cinco clasificarían al Celta para la final de Copa, dos favorecerían a los locales y tres conducirían a la prórroga.

Tampoco le fue mal a los célticos en su última visita a Vitoria. Ambos jugaban entonces en Segunda División. El 1 de octubre de 2009, los gallegos se llevaron el triunfo (1-2). El último duelo de Primera en Mendizorroza fue favorable al Alavés (1-0).