El Real Madrid quiere tener de nuevo la última palabra. Tras su pésima gestión en el aplazamiento del encuentro por motivos de seguridad, el club que preside Florentino Pérez ha emitido un comunicado respondiendo a las declaraciones que Abel Caballero pronunció este lunes en Madrid. La entidad blanca ha "lamentado las desafortunadas declaraciones del alcalde de Vigo" y descarta que no hayan "cuestionado en ningún momento las medidas de seguridad establecidas en el estadio de Balaídos".

La entidad de Chamartín concluye su nota destacando que propuso tres alternativas tras conocer la suspensión del encuentro. El Real Madrid confirma lo publicado durante la tarde del sábado y el domingo. Propuso "que se estudiara la posible recuperación de la cubierta de Río". Un hecho imposible dado el temporal que azotaba el sábado la comunidad gallega y que impedía el trabajo de Bomberos y operarios. La segunda, "el cierre de la grada afectada", una opción completamente inviable, como afirmaba Caballero el mismo sábado, al existir riesgo de que las zonas afectadas pudiesen afectar a otras zonas del estadio o que incluso llegasen al terreno de juego, tal y como ocurrió en el estadio del Sant Andreu. La última opción que proponía el Real Madrid era disputar el encuentro en un estadio alternativa, otra medida inverosímil ante la meteorología adversa que afectó a Galicia el pasado fin de semana y que, además, provocó la suspensión de otros dos partidos tanto en Riazor como en A Malata.

El club blanco señala que los motivos de sus presiones para jugar el domingo ante el Celta "buscaban evitar que la suspensión del partido perjudicase a las cuatro competiciones (Copa, LaLigaSantander, Champions y Europa League), por el efecto dominó existentes entre ellas, así como los enormes perjuicios económicos producidos en todas las televisiones del mundo". El Real Madrid se justifica, pero lo cierto es que la seguridad de los aficionados y de los jugadores debe estar siempre por encima de los derechos televisivos y de los efectos que pueda ocasionar en un calendario muy apretado.