La falta de disponibilidad de fechas es la principal complicación de la suspensión del encuentro de la vigésimo primera jornada de Liga que esta noche debía enfrentar en Balaídos al Celta y al Real Madrid, que no va a celebrarse debido al riesgo que los daños provocados por el temporal en la cubierta del estado comportan para integridad física de espectadores y futbolistas.

Al equipo blanco, que tiene otro partido de Liga aplazado -se jugará el 22 de febrero en Mestalla- contra el Valencia por su participación en diciembre pasado en el Mundial de clubes, le resulta especialmente difícil encontrar una fecha libre, pues tiene la expectativa de llegar a la final de la Liga de Campeones y, si lo consigue, solo tendría disponible para jugar el partido la semana entre la penúltima y la última jornada de Liga.

Existe la posibilidad de encontrar un hueco a mediados de marzo, concretamente los días 15 o 16 de este mes, siempre que el Celta no supere la eliminatoria de dieciseisavos de final de la Liga de Campeones que le va a enfrentar al Shakthar Donestk los días 16 y 23 de febrero.

La primera semana de marzo el choque no podría jugarse al haber jornada de Liga entre semana. En la siguiente, el Real Madrid disputa el choque de vuelta de los octavos de final de la Liga de Campeones -la ida se jugaría en la última semana de febrero- que va a enfrentar a los de Zinedine Zidane contra el Nápoles.

Si ambos equipos superan sus respectivas eliminatorias, el Celta la de dieciseisavos ante los ucranianos y el Real Madrid la de octavos frente a los italianos, el partido aplazado no podría jugarse hasta que ambos fuesen eliminados de sus respectivas competiciones europeas. Y si ambos alcanzasen la final, la única fecha disponible entre semana sería ya en el mes de mayo, entre la penúltima y la última jornada de Liga.

La complicación de encontrar una fecha disponible para disputar el encuentro no ha sido el único motivo que ha llevado al Real Madrid a querer jugar a toda costa mañana en Balaídos. A nadie se le escapa el hecho de que el conjunto blanco esperaba que las rotaciones que Berizzo preveía introducir en el once para dar descanso a sus titulares con vistas a la semifinal de Copa del próximo miércoles, le allanasen el camino del triunfo en Balaídos y, de este modo, le permitiesen consolidar su ventaja al frente de la clasificación en la Liga antes de afrontar la fase final de la Liga de Campeones.