La apretada agenda deportiva del Celta está distrayendo a la atención pública de un mercado invernal que siempre suele interesar a los aficionados. Y más en este caso, en el que el club celeste tiene que resolver necesariamente la salida de un jugador tan importante en la historia reciente como Orellana y apurar las posibilidades de dar entrada en la plantilla a ese refuerzo que ha solicitado Berizzo. La ventana de enero se cerrará el martes y todo apunta a que no será hasta el último segundo cuando se cierren en uno sentido u otro estas operaciones.

Aunque el Celta prefería colocar a Orellana fuera de España, todas las gestiones están centradas ahora mismo en el Valencia. Es el club al que el mediapunta chileno pretende irse. Le garantiza seguir en la Liga, es una entidad poderosa aunque atraviese una época convulsa y le ofrece un suculento sueldo. Pero en Praza de España entienden que el Valencia está ofreciendo ese salario a costa de una propuesta de traspaso que consideran raquítica. Ayer en la ciudad del Turia apuntaban que la entidad che podría haber incrementado su oferta de 1,5 a 1,8 millones de euros. Muy lejos, en todo caso, de la posición inicial de los celestes.

Sin embargo, fuentes del entorno valencianista se muestran optimistas respecto a la cuestión. Apuntan que el fichaje de Orellana puede quedar desbloqueado por la marcha de Fede Cartabia, que finalmente conseguirá que le den una baja federativa por la que lleva peleando desde el pasado verano. Pero ya no será para irse al Deportivo, su objetivo inicial, ya que los herculinos acaban de reforzarse con otros jugadores. En Valencia creen que Cartabia podría interesar al Celta, aunque no se tiene constancia de ello.