El Celta sumó ayer la segunda victoria a domicilio en Liga que le sitúa provisionalmente en la séptima plaza, a cuatro puntos del Villarreal. Objetivo cumplido, aunque con una actuación gris, protagonizada por el once de circunstancias que Eduardo Berizzo presentó en Butarque. Quería el técnico argentino salvaguardar a los que el jueves en Balaídos tendrán que poner la primera piedra para alcanzar la cuarta final de Copa en la historia del Celta. Porque lo que ahora más le preocupa al equipo gallego es el torneo del KO. LaLiga ha pasado a un segundo plano ante el reto de poder escribir la página más brillante de sus noventa años de trayectoria.

El conjunto celeste ejecutó, sin brillo pero mostrándose práctico y con oficio, el trámite ante un Leganés que sufrirá todavía mucho para evitar el descenso, a pesar del colchón de cinco puntos que le separa del abismo.

Un gol de Lemos en el estreno del compostelano en Primera División y un penalti sobre Pione Sisto que transformó Guidetti fueron dos de las pocas acciones de ataque que el Celta protagonizó ayer ante un rival que solo inquietó a Sergio Álvarez en acciones a balón parado y en un regalo de la defensa celeste que Guerrero mandó a Cuenca cuando el partido agonizaba.

Eduardo Berizzo volvió a apostar por un once con muchos suplentes para salvar una jornada de Liga previa a otro de los compromisos que pueden acercar al Celta al primer gran título de su historia. En Leganés, sin embargo, redujo las rotaciones Berizzo en relación al equipo que se enfrentó la semana pasada a la Real Sociedad. Después de jugar en Anoeta desde el inicio del encuentro, solo Sergio Álvarez y Roncaglia repitieron tres días después frente al Real Madrid. Ayer, el preparador argentino contó con hasta cuatro de los posibles titulares ante el Alavés, el jueves que viene en Vigo: Sergio, Mallo, Radoja y Hernández.

La gran sorpresa en las filas celestes fue la presencia por primera vez en LaLiga de Álvaro Lemos, que ocupó la banda derecha del ataque, donde se esperaba la presencia de Señé.El catalán, sin embargo, jugó en el centro del campo, como enganche, para surtir de balones a Rossi y a Pione Sisto.

Lemos, que fue candidato a marcharse cedido este invierno, se ganó la continuidad en Vigo por el compromiso que muestra con el colectivo. Esa es la primera condición que exige Berizzo a sus jugadores. A partir de ahí, el técnico elige a los que juegan en cada partido, en función de la calidad técnica y la adaptación al sistema que caracteriza al equipo. Y el joven compostelano, que llegó el verano pasado a Vigo como lateral derecho pero que ha sabido adaptarse como interior, tuvo ayer el estreno perfecto en la élite: anotó el gol que abrió el marcador a la media hora de partido, al recoger el balón de espaldas a la portería y girarse para enganchar un zurdazo que sorprendió al portero del Leganés tras rozar el balón en el poste. La jugada nació de un saque de banda de Mallo, tocó de tacón Rossi para Señé y éste combinó con Lemos, que repetía así lo que antes habían logrado otros celestes, como Larrivey o Pahíño: marcar en su estreno en Primera con el equipo vigués.

Ese tanto desatascaba un partido mediocre, con muchas imprecisiones, en el que el Leganés había logrado generar más peligro en las áreas a través de jugadas a balón parado. De hecho, el árbitro anuló un gol de cabeza del exdeportivista Insua por fuera de juego.

Un lanzamiento flojo de Unai López, un gran control de Rossi que no pudo culminar con un remate y un disparo lejano de Sisto habían sido hasta entonces las acciones ofensivas más significativas de un partido sin control en el juego, donde el Leganés se mostraba como un rudo equipo inglés y el Celta se implicaba en la pelea abusando de los balones largos.

Tras el tanto de Lemos, el Celta sufrió la baja de Rossi, que abandonó el campo minutos antes del descanso por un problema muscular. Guidetti fue el recambio de Berizzo.

Por la banda izquierda, Pione Sisto intentaba revolucionar el partido a base de desbordes, carreras y largos controles que casi siempre acaban favoreciendo al rival, que seguía insistiendo con el juego aéreo como único recurso ofensivo.

En una de sus carreras por la banda, Pione entró en el área con el balón controlado y Víctor Díaz resolvió la situación de mala manera: realizó una entrada a destiempo y se llevó por delante al atacante céltico. El internacional danés intentó completar la jugada con el lanzamiento del penalti, pero Guidetti tomó delantera y se encargó de ejecutar la pena máxima. El tanto del sueco, segundo que consigue en LaLiga, dejó sentenciado el partido cuando se cumplía el minuto 66.

En apenas una hora, el Celta había cumplido el trámite de ganar en Leganés con la segunda formación, sin un juego brillante pero eficaz para salvar un compromiso incómodo en estos momentos de máxima atención sobre la semifinal de Copa.

En esta ocasión, el equipo de Berizzo evitó un desenlace agónico porque Guerrero lanzó a las nubes el balón que se encontró con toda la portería para él y con Sergio Álvarez esperando un fallo como consuelo para salvar la acción más peligrosa del Leganés.

Como ocurrió en la primera vuelta en el campo del Espanyol, el Celta suma otra victoria a domicilio en Liga e inicia con tres puntos el último tramo de la competición regular ante el mismo rival que le amargó el estreno de la temporada en Balaídos.

Como en la anterior visita a Butarque, el Celta se llevó la victoria. En aquel 2001, el partido correspondía a la Copa del Rey. Berizzo marcó el segundo tanto, que le dio a los célticos el pase en un torneo en el que disputó la final ante el Zaragoza. Lo mismo que persigue ahora y que ayer le llevó a jugar con muchos suplentes para reservar fuerzas para el duelo contra el Alavés. La Copa es prioritaria ahora, el trámite de Leganés lo superó con un triunfo.