El celtismo quería al Alavés en semifinales y el Alavés tocó. El sorteo ha permitido al Celta evitar al Barcelona y al Atlético de Madrid en su camino a la final de la Copa del Rey. Vigueses y vitorianos jugarán a partir del próximo jueves el que supondrá su sexto encuentro en el torneo del KO, el primero en una semifinal. Antes, se habían cruzado cinco veces con un balance muy desfavorable a los celestes. El Alavés ha eliminado al Celta en todas las eliminatorias anteriores.

El club vitoriano, al igual que el vigués, todavía no tiene ninguna Copa del Rey entre sus vitrinas. Es un título que la afición de Mendizorroza anhela tanto como la de Balaídos. Pero a diferencia del Celta que sí que sabe lo que es llegar hasta la final, los albiazules lo más lejos que han llegado es a semifinales, una ronda que han alcanzado hasta en cuatro ocasiones -cinco con la presente-. La última vez que lo lograron fue en la temporada 2003-2004, precisamente a costa de eliminar al Celta. Ese año el Zaragoza les cerró las puertas de la final.

Las eliminatorias coperas entre gallegos y vascos nunca han sido cómodas para el Celta. La defensa de los vitorianos, los árbitros, la falta de puntería o la apatía fueron algunos de los obstáculos que no pudieron sortear los celestes ante los albiazules.

La serie de enfrentamientos en Copa del Rey se inició en la temporada 1977/1978 en una eliminatoria de tercera ronda que arrancó en Balaídos. El Celta de Maguregui, un equipo que aspiraba a retornar a Primera División, no pudo pasar del empate (2-2) en casa. Mori, que "no jugó nunca en su verdadero sitio y quemó infinidad de pólvora en salvas", según la crónica de FARO del día siguiente; y Nani fueron los goleadores por parte de los celestes en un partido condicionado por el estado del césped del coliseo vigués. "El patatal", describía el decano. El Alavés, por su parte, hizo valer su eficacia a la contra para adelantarse en primera instancia y lograr el empate al término del encuentro. En la vuelta, en Mendizorroza, el Celta se mostró sin garra. Los vitorianos pasaron de ronda gracias a un solitario tanto en la segunda mitad después de un encuentro muy aburrido en el que poco se jugó al fútbol -el colegiado llegó a señalar hasta 51 faltas-.

Cabezazo de Mori para lograr el empate en Balaídos. // Cameselle

Ambos contendientes volvieron a coincidir tercera ronda en la 1981/1982. El Celta de Milorad Pavic viajó al partido de vuelta en Vitoria con ventaja gracias a un golazo por la escuadra de Del Cura en Balaídos. Pero en Mendizorroza en Alavés consiguió llevar la eliminatoria a la prórroga gracias al tanto de Larrañaga a la media hora de encuentro. El partido llegó a los penaltis y los errores desde los once metros de Gómez y Canosa supusieron el pase de los vascos. En las páginas de FARO se podía leer que "el Celta hizo el gasto, puso las ocasiones de gol y sin embargo el Alavés se llevó el gato al agua".

Imagen del gol de falta de Del Cura en Balaídos. // Magar

Tres años después (1984/1985) los vigueses volverían a ser apeados en tercera ronda, esta vez perjudicados por las decisiones arbitrales. En el primer duelo en tierras vascas un dudoso penalti dio la ventaja a los albiazules. Cuenta la crónica que "los vigueses se mostraron inicialmente conservadores" pero que tras el gol y hasta el pitido final "el Celta nunca se entregó y peleó con ganas para conseguir un buen resultado". En el choque de vuelta, ya en Balaídos, los celtiños cayeron otra vez, esta vez por 0-2. "El árbitro y el Alavés eliminaron al Celta", titulaba Fernando Gallego en las páginas de deportes de FARO. Lo cierto es que el colegiado Jiménez Muñoz de Morales ametralló a los jugadores celestes con tarjetas amarillas, "todas ellas inexplicables", y el cuadro vigués terminó el partido con nueve por las expulsiones de Cortés y Cándido.

Imagen del primer gol del Alavés, marcado por Indígoras. // Magar

Las dos últimas veces que el Celta se vio las caras con el Alavés, además de caer eliminado en Copa perdió la categoría. Fueron las temporadas 2003/2004 y 2006/2007, las de los últimos descensos a Segunda División del club vigués.

La 2003/2004 prometía como la mejor temporada de la historia de un Celta que por primera y única vez disputó la Liga de Campeones. Esta vez vigueses y vitorianos se encontraron en cuartos de final. Para los celestes el camino había sido largo después de dejar en la estacada al Pontevedra, al Espanyol y al Málaga. Pero llegado el momento de la eliminatoria al Celta no le salió nada. En Mendizorroza perdió por 4-2 y en Balaídos no consiguió remontar (1-0). En el encuentro de ida Mauricio Pinilla, con dos goles, evitó "el ridículo". Así tituló Armando Álvarez la crónica de un partido en el que "Lotina fracasó". En el partido de vuelta, con Ramón Carnero en el banquillo, Radomir Antic en el palco con su contrato recién firmado y Eduardo Berizzo jugando como central, los vigueses no consiguieron sobreponerse a su crisis de juego aunque gracias a un gol de Gustavo López Balaídos soñó con la remontada en los minutos finales.

Eduardo Berizzo controla ante un jugador del Alavés. // R. Grobas

Por último, en la 2006/2007 el Celta había vuelto a Europa, ya lo presidía Carlos Mouriño y lo dirigía desde el banquillo Fernando Vázquez. El Alavés, por su parte, era equipo de Segunda División. La eliminatoria de dieciseisavos de final comenzó con un 0-0 en Vitoria en un encuentro sin ritmo ni ocasiones en el que Ángel fue expulsado. En Balaídos 0-1 con un gol de Wesley favorecido por la pasividad de la defensa celeste. El periodista de FARO Juan Carlos Álvarez describió al Celta como "inferior" al Alavés. "Los jugadores se dejaron ir durante más de una hora y sólo a falta de veinte minutos, con un gol en contra y la obligación de lograr dos tantos, les dio un ataque de dignidad", escribió el crónista.

Núñez, arrollado por un defensor del Alavés. // R. Grobas

Las estadísticas son descorazonadoras para un Celta que el próximo jueves a las 21.00 horas en Balaídos tratará de lograr que su historia ante el Alavés no se repita y pueda meterse en la que sería su cuarta final de Copa del Rey.