La mayoría de ellos vivieron lo sucedido desde el gallinero en el que el Real Madrid suele ubicar a los aficionados foráneos en el Bernabéu. Unos centenares de aficionados del Celta, enfrentados al frío de la noche madrileña, se olvidaron de la temperatura para gozar con el triunfo que acerca al equipo vigués a las semifinales de la Copa del Rey. Buena parte de ellos eran socios de "Morriña Celeste" que cumplieron el viejo sueño de ver ganar al equipo en el Bernabéu. La última vez que había sucedido, hace diez años, no existía todavía la peña.
Nervios, emoción, éxtasis y orgullo son las palabras más utilizadas para describir lo vivido en el estadio blanco. Para muchos era el enésimo intento de ver ganar a su equipo en el Bernabéu. Le sucede a Paco Doval que acudió con un par de amigos: "Desde que vivo en Madrid nunca me lo pierdo y por fin les vi ganar. Lo que más me impresionó del Celta fue que al igual que los seguidores que estábamos en la grada el equipo no bajó los brazos después del empate y consiguió lograr el gol de la victoria. La eliminatoria sigue abierta pero tenemos que aprovechar la ventaja de jugar la vuelta en casa".
Mejor bagaje tiene Juan González, que viajó desde Vigo para asistir al partido. "Es mi cuarta vez en el Bernabéu y llevo tres victorias y un empate". Explica Juan que "solo con el gol de Marcelo nos pusimos algo nerviosos porque el Madrid siempre da esa impresión de poder voltear el partido en un momento, pero me impresionó la intensidad del Celta y el grado de desquiciamiento de algunos de los jugadores del Madrid que no sabían qué hacer".
Miguel Martínez dice haber tenido "el presentimiento de que nos iban a dar una enorme alegría y sucedió gracias a la entereza del equipo". Estela, que vio el partido junto a él, coincide en destacar el aplomo mostrado por el equipo toda la noche: "No se dejó intimidar por el estadio ni por el rival". Ambos vieron el partido incrustados en una zona del estadio donde estaban los aficionados locales, pero no se reprimieron en absoluto a la hora de dar rienda suelta a su alegría. Admiten que la eliminatoria sigue estando complicada, pero ambos se muestran confiados por detalles como el momento de Iago Aspas o el estilo que siempre muestra el equipo en Balaídos".
A estas horas es complicado que no se desate el optimismo en las filas del celtismo. Uno de sus exponentes es Elías Barros que admite tener la ilusión de que "este año sea histórico para el Celta". Sobre el partido vivido en el Bernabéu no tiene dudas de que "demostramos que no le tenemos miedo a nadie. El Celta estaba claro que no venía de paseo a Madrid".
Carlos Vázquez, que compartió experiencia con su amigo Jorge, destacó el papel solidario del equipo porque "no escatimaron esfuerzos ni renunciaron a ninguna carrera para ayudar al compañero. Ganó al mejor equipo del mundo gracias a su fe. Reconozco que me cuesta creérmelo y aún hora, horas después del partido, sigo con esa sensación. Todo ha salido mucho mejor de lo que imaginaba".
Para algunos la victoria y sus sensaciones se ponen a la altura de las mejores noches del Celta en los últimos años. Le sucede a Jesús Mera a quien le recordó en gran medida "otras experiencias como el gol de Joan Tomás que dio la victoria en Valladolid o el sde Natxo Insa ante el Espanyol en aquella última jornada". Para él supuso también quitarse de encima una pequeña espina porque "llevaba un parcial de 15-1 en contra en el Bernabéu y en mi sexta visita ya tenía ganas de quitarme de encima esa carga". Admite la dificultad todavía de la eliminatoria pero "confío en este Celta y seguro que Berizzo prepara muy bien el partido".
