El Celta y el Real Madrid han quedado emparejados en los cuartos de final de la Copa del Rey por descarte, ya que fueron los dos últimos equipos en aparecer en el sorteo que ayer al mediodía se celebró en el salón Luis Aragonés de la Ciudad del Fútbol de Las Rozas. Alcorcón y Eibar, los dos equipos que se estrenarán en esta eliminatoria de la competición del KO, se enfrentarán a Alavés y a Atlético de Madrid, respectivamente, mientras que el cuarto duelo lo protagonizarán el Barcelona y la Real Sociedad. El estadio Santiago Bernabéu acogerá, el miércoles 18 de enero (21.15 horas), el duelo de ida entre merengues y célticos. La vuelta tendrá lugar una semana después, el 25 de enero, también a las 21.15 horas, en Balaídos. El ganador estará presente en el sorteo de semifinales, previsto para el 27 de enero.

Emilio Butragueño, director de relaciones institucionales del equipo blanco, fue el encargado de extraer las dos bolas que restaban para completar el sorteo de Copa. No tuvieron suerte los célticos en esta ocasión, aunque el curso pasado eliminaron también en los cuartos de final al Atlético de Madrid.

Sin embargo, los de Berizzo se las tendrán que ver, en esta ocasión, con un rival que suma cuarenta partidos sin perder y que en ese camino de rosas conquistó la Liga de Campeones y el título mundial en Japón, además de dominar con claridad la LaLiga española en lo que va de competición.

El equipo de Zinedine Zidane llega a estos cuartos de la Copa después de eliminar al Sevilla, en un duelo que se resolvió en la ida en el Bernabéu (3-0), aunque los andaluces le plantaron cara en el Sánchez Pizjuán y no cedieron el empate (3-3) hasta los minutos finales. Con anterioridad, los merengues no encontraron dificultades para superar a la Cultura Leonesa con un resultado global de 13-2.

Sin embargo, el único equipo de los ocho clasificados para esta ronda copera que continúa invicto en el torneo es el Celta, que en su primera aparición se deshizo del UCAM Murcia (ganó ambos partidos por 1-0) y en la siguiente superó a un ilustre como el Valencia tras golearlo en Mestalla (1-4) y superarlo de nuevo en Balaídos (2-1).

Berizzo ha convencido a sus jugadores para que piensen con ambición en una competición que el Celta estuvo a punto de conquistar en tres ocasiones. El curso pasado quedó apeado por el Sevilla de su cuarta final. El técnico argentino persiste en el intento y mantiene la ilusión de ser el primero en darle un gran título al equipo con el que él participó en la final de Sevilla de 2001 frente al Zaragoza.

El reto de eliminar al Real Madrid es mayúsculo para el Celta, teniendo en cuenta además que Berizzo no ha ganado ninguno de los cinco partidos que dirigió al conjunto vigués contra el club más laureado de la historia del fútbol. Estuvo a punto de conseguirlo el pasado mes de septiembre en el Bernabéu, en el partido de la segunda jornada de Liga, pero la parcial actuación arbitral impidió que los célticos mantuviesen el empate que señalaba el marcador tras el gol de Orellana.

En ilusión, nadie gana al grupo que dirige Berizzo, que afronta todos sus partidos con descaro, sin preocuparle el potencial del adversario. Su apuesta por el fútbol ofensivo y de presión le convierte en un incómodo rival, capaz de golear al Barcelona, como ocurrió hace meses en LaLiga (4-3 en Balaídos) o dejar fuera de la Copa al Atlético de Madrid superándolo en el temible Calderón (2-3).

Del resultado del Bernabéu dependerá la resolución de una eliminatoria en la que las apuestas son muy favorables al Real Madrid, tercer equipo con más títulos de Copa (19) y que vive momentos de esplendor con Zidane como entrenador. El Celta, que prepara la cita de mañana en Liga ante el Alavés (Balaídos, 16.15 horas), intentará dejar abierto el duelo con los merengues para jugarse en Balaídos el pase a las semifinales del torneo que más desea ahora mismo.