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El Celta ahoga al socorrista

Los de Berizzo arruinan el estreno de Voro con un partido bien concebido y ejecutado con una aplastante contundencia

Iago Aspas se echa mano al escudo tras marcar el penalti que supuso el primer gol del Celta. // LOF

Son el Celta y el Valencia dos equipos que viven en las antípodas. Los vigueses son un conjunto bien estructurado, con un entrenador que ha sabido sacar partido de sus recursos (limitados en algún aspecto), que saca pecho de su estilo atrevido y que avanza hacia su objetivo en una temporada compleja en la que debe lidiar con tres competiciones que no pretende despreciar. El Valencia es dinero mal aprovechado, desgobierno, un caos en el campo y fuera de él que cada día empeora su aspecto. En ese escenario cruzaban ambos sus caminos y ocurrió lo que debía. Un atropello en toda regla. El Valencia pareció agarrarse a ese efecto, casi esotérico, que genera la presencia de Voro en el banquillo de Mestalla, pero al final el socorrista terminó ahogado ante el despliegue de un Celta que en apenas veinte minutos había hecho trizas al Valencia y resuelto su pase a los cuartos de final.

Golpear primero

Uno de esos partidos en los que marcar el ritmo del partido parecía indispensable para tener una tarde tranquila. Con el ambiente guerracivilista que se vive en Valencia, la consigna de los vigueses era convertir el partido en una cuesta arriba para los de Voro y avivar el fuego de Mestalla. Se lo tomó a pecho el Celta que llegó al minuto veinte con un incontestable 0-3 producto de una pegada asombrosa, pero también de la ambición de un equipo que olió sangre y se lanzó al cuello del rival como una fiera. El segundo gol es un magnífico ejemplo de lo que es el Celta. Aspas y Bongonda persiguieron con saña al central hasta que le arrebataron el balón en el balcón del área. La jugada explica muchas cosas. Habla de implicación y disciplina; retrata a un entrenador y a su plantilla.

bongonda

Berizzo hace tiempo que tiene fijación con este muchacho. No es un capricho como algunos consideraban. El belga es un extremo puro, profundo, que limpia laterales con una facilidad grandiosa y que con 21 años tiene un futuro esplendoroso. Ayer convirtió a Cancelo (del quien se dice que el Valencia pretende cobrar treinta millones por él) en un guiñapo. Acertó en casi todas las acciones. Participó en el primer gol, marcó el segundo y sirvió en bandeja el tercero y el cuarto. Juega porque lo merece. Ayer fue clave para inclinar el partido.

el control

Berizzo renunció de salida a uno de sus delanteros para fortalecer el medio del campo y generar una superioridad en esa zona que le permitiese disfrutar del control del partido. A veces le resulta difícil conseguirlo porque el Celta nunca renuncia a esos "ida y vuelta" que tanto le entretienen. Va en su naturaleza, para lo bueno y para lo malo. Pero al margen de este asunto, el manejo del partido fue absoluto por parte viguesa. Wass ocupó la banda derecha del ataque y se sumó a una línea bien colocada que supo gestionar la ventaja con toque, serenidad y paciencia.

radoja

El serbio es a estas alturas una de las grandes noticias de la temporada. Con el tiempo podría serlo de la década. Un tanque que barre el medio del campo y cuyo peso en el juego del equipo no para de crecer. Cada día se atreve a hacer más cosas. Va y viene sin desmayo. Es el primero en ayudar en la defensa sin renunciar a pisar el área rival como lo demostró en Mestalla con varios disparos desde la frontal. Con la pelota su repertorio ha seguido creciendo y tácticamente es un jugador notable. En gran medida, parte del regular rendimiento de Díaz tiene que ver con el terreno que le come Radoja, que extiende sus dominios cada semana. Con diferencia el mejor de una línea en la que encontró mucha ayuda en Wass y en Pablo Hernández, encargado de recibir las embestidas permanentes de los rivales.

el error del día

Le cuesta al Celta cerrar un partido sin conceder un "regalito" al rival. Fue Cabral, un clásico en esta suerte. Su error permitió al Valencia ponerse 1-3, pero a diferencia de otros días, los vigueses no abrieron la puerta al rival. Hicieron ruido los de Voro en ese tramo, pisaron el campo del Celta y le robaron por unos momentos la posesión. Pero ni un disparo peligroso, ni una parada de Sergio en ese tramo. El control del partido, aunque no de la pelota, siguió en manos del Celta. Sereno y responsable, el equipo evitó problemas y sin demasiado esfuerzo devolvió el partido a su sitio a tiempo de firmar una jugada para enmarcar. La descarga de Díaz hacia la banda, la diagonal y el pase de Bongonda y la resolución brillante y serena de Guidetti para marcar el cuarto gol. La guinda a un partido para enmarcar del Celta.

guidetti

Sale y cumple. Día tras día. Es uno de los grandes perjudicados por el sistema de Berizzo y la competencia que tiene por el puesto de delantero en Iago Aspas (magnífico ayer una vez más). Pero es encomiable su actitud y la generosidad con la que juega. No es habitual en su posición.

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