Suso Morlán, el entrenador que llevó a David Cal al éxito olímpico y que actualmente tutela al brasileño Isaquías Queiroz, prosigue su lucha contra el cáncer. El técnico pontevedrés lo relata en un reportaje que publica la Folha de Sao Paulo, en el que Morlán mantiene que su objetivo es conducir al equipo brasileño de canoa hasta los Juegos de Tokio en 2020.

Fue a comienzos de noviembre cuando Suso Morlán comenzó a encontrarse mal. Tras sufrir un desvanecimiento, fue hospitalizado. Los médicos descubrieron que tenía un tumor de seis centímetros en la base del cerebro, que le fue extirpado mediante cirugía el día 8 de ese mes.

Morlán está sometiéndose ahora mismo a tratamiento tanto de quimioterapia, por las mañanas, como de radioterapia. Todavía se encuentra en la fase más aguda de estos tratamientos. Además, no se descarta una nueva operación en los próximos meses.

El técnico se muestra muy optimista en las declaraciones a Paulo Roberto Conde, el periodista del rotativo paulista. "Estoy muy bien. Hace veinte días era otra cosa. En diez minutos me cansaba. Hablar con alguien era un esfuerzo intelectual tan grande que mi cabeza parecía explotar. Agora pueda dar un discurso de cuatro horas, al estilo Fidel Castro", declara Morlán.

El gallego se encuentra internado en un centro hospitalario de Río. Espera recibir el alta el 19 de enero y regresar a Lagoa Santa, en el estado de Minas Gerais, donde se concentra el equipo de piragüismo. Está acompañado por su mujer, Tania Ospina, su hija Sara, de 5 años, y su suegra Melva, de cuyas comidas afirma: "Melva me está alimentando tan bien que parece que me odia. Quiere que viva otros cincuenta años. No quiero ser eterno. Me llamo Jesús, no Matusalem".

Morlán colecciona medallas olímpicas. Con David Cal logró un oro y cuatro platas; con Queiroz, las primeras en la historia del piragüismo brasileño, dos de plata (una de ellas, formando pareja con Erlón de Souza) y un bronce. Y es una cosecha que aspira a ampliar en los próximos Juegos Olímpicos.