El vallisoletano Eusebio Sacristán aprendió a jugar golpeando el balón contra la pared de la iglesia que estaba enfrente de su casa, se hizo entrenador con los conceptos tácticos de Johan Cruyff y otro holandés, Frank Rijkaard, le dio las claves para gestionar los vestuarios.

El técnico que ha situado a la Real Sociedad en puestos de Liga de Campeones fue el protagonista este martes del EFEFórum Deportes Sportium, en el que repasó toda su trayectoria en una conversación conducida por el director de Deportes de la Agencia Efe, Luis Villarejo.

"Nací en un pueblo de 1.000 habitantes (La Seca, Valladolid). Fue un privilegio pasar la infancia allí y jugar a cualquier hora, una ventaja para un niño al que le apasionaba el fútbol. A la puerta de mi casa estaba la iglesia y, en esas paredes, pasé horas y horas dando patadas al balón", dijo.

"Con el paso del tiempo, descubrí que allí conseguí la técnica. En la calle también agudicé el ingenio. Es lo que da el fútbol de la calle y me demostró que si se persevera se pueden conseguir los sueños", dijo Eusebio, que recalcó cómo un pueblo tan pequeño como La Seca logró sacar dos internacionales, él y Gregorio Fonseca.

Tras recordar su debut con 19 años en el Valladolid, con el bético Julio Cardeñosa como ídolo, y después de un fugaz paso por el Atlético que le dio la oportunidad de jugar "en un equipo con grandes aspiraciones" y aprender "a convivir con los medios", Eusebio recala en el Barcelona "por una confluencia de los astros".

"Confluyeron los astros para que apareciera Cruyff en el Barcelona, mientras en el Atlético, Maguregui prefería otro perfil de jugador. En mi época había jugadores con perfil más físico, me enteré que me estaba siguiendo y la sorpresa fue cuando llegué allí", explicó en un acto al que asistieron, entre otros, el director general de Deportes, Jaime González Castaño, el presidente de Sportium, Alberto Eljarrat, y el presidente del comité de entrenadores de Madrid, Miguel Ángel Manzano.

Eusebio se junta en el Barcelona con jugadores como Pep Guardiola y Romario, otros "locos" del balón que juegan a dar toques hasta en el vestuario, antes de saltar al terreno de juego.

Pero, sobre todo, con Johan Cruyff, un técnico que "dio sentido a su carrera deportiva", cuya táctica, con tres defensas y cuatro centrocampistas, supuso una revolución en el fútbol, y le dio nuevas posibilidades como jugador.

Eusebio desveló que siempre tuvo claro que, al abandonar la práctica activa del fútbol, sería entrenador. "Acabo como jugador y decido prepararme para entrenador, porque era lo mejor para seguir con la pasión por el fútbol. Quería hacer jugar a mi equipo como a mí me gusta", destacó.

Y, en ese momento, la aparición de Frank Rijkaard resulta decisiva, "para aprender un modelo de gestión junto a una persona que era un director de equipo muy diferente a Cruyff y con la que me sentía más identificado".

"Me sirvió un poco como maestro y aprendí mucho de esa línea de liderazgo desde el diálogo y el respeto", agregó el entrenador del conjunto revelación del primer tramo de la temporada.

Convertido en uno de los técnicos de moda del fútbol español, Eusebio tiene claro que su método de trabajo es tratar de llevar a los jugadores a su visión de juego, pero adaptándose tanto a la altura de la temporada como a los futbolistas que tienes.

"Si cambias mucho a mitad de temporada les vas a crear dudas y no te van a creer. Tienes que adaptarte, crear algo en lo que ellos se sientan cómodos y aplicar tus conceptos. Llevarles a tu visión de qué es lo ideal. Los jugadores tienen que saber que para lograr su meta individual tienen que trabajar en beneficio del grupo", agregó.

Feliz en la Real Sociedad, Eusebio no se plantea, de momento, otros retos. "Ahora, estoy en la Real, he llegado a la elite que era lo que quería y estoy encantado. He encontrado un nivel de comprensión con la directiva que me permite llevar a cabo todas mis ideas y aspirar a cosas importantes. Estamos creando y queremos seguir juntos", sentenció.