Una parada de Moyá y un gol, casi inmediatamente después, de Saúl Ñíguez a la hora de partido provocaron la victoria del Atlético de Madrid contra Las Palmas, muchísimo más valiosa en lo numérico que en el juego, que casi siempre le perteneció al conjunto canario, merecedor de algo más.

El resultado fue del Atlético, que alivió su necesidad, pero no su inquietud, aún a muchísima distancia de ese equipo firme, fiable y goleador de un mes y medio atrás; todo lo demás fue de Las Palmas, mejor con el balón y sin él a partir del primer cuarto de hora, aunque sin tantas ocasiones como buscó con su juego. Y derrotado.

Al Atlético aún le falta mucho fútbol y constancia. Tuvo claro el plan 20 minutos. Después se apagó hasta la oscuridad, superado por Las Palmas, al que sólo dominó ese tiempo, cuando le presionó en su salida de balón, cuando provocó sus errores, cuando jugó en campo contrario, conectó y tuvo alguna ocasión. Menos de un cuarto del partido; el resto fue de su rival, que perdió sin merecerlo.

En ese rato, entre tantas dudas, que aún permanecen invariables en el juego del Atlético, nada suelto con la pelota, su puesta en escena fue al menos prometedora. Al Atlético se le fueron tres oportunidades, dos de Gameiro, y una doble entre Saúl, al poste, y Griezmann, con el tiro posterior. No marcó del equipo rojiblanco. Y comenzó otro partido en el minuto 20, muy distinto, el que propuso Las Palmas desde el balón, con precisión, movilidad y visión, y el que no quería el bloque madrileño, agobiado, inseguro y nervioso.

Pero un detalle lo cambió todo. En este caso dos, separados por apenas un minuto: el primero, la parada salvadora de Miguel Ángel Moyá en un contragolpe terminado por Roque Mesa; el segundo, un rechace que aprovechó Saúl Ñíguez en el otro área, con la izquierda, para recomponer al Atlético. Su primera ocasión desde el minuto 15. Era ya el 59, con muchos minutos antes de dominio incuestionable de Las Palmas sin gol, el que encontró el conjunto rojiblanco en una jugada aislada y el que defendió hasta el final.