La segunda entrega del Informe McLaren, hecha pública ayer en Londres, ha denunciado la "conspiración institucional" del dopaje en Rusia y ha revelado que más de 1.000 deportistas olímpicos de ese país, auspiciados por las autoridades, se vieron implicados o se beneficiaron de manipulaciones para ocultar sus positivos entre 2011 y 2015. En un lujoso hotel del centro de la capital británica, y ante más de 100 periodistas y cámaras, el catedrático canadiense Richard McLaren, acompañado de Martin Dubbey y de Diana Tesic, presentó la segunda parte de su informe, encargado por la Agencia Mundial Antidopaje (AMA).

Cinco meses después de la primera entrega, en la que McLaren concluyó que los laboratorios de Sochi y Moscú, supervisados por el ministerio de Deportes de Rusia, encubrieron el uso de sustancias prohibidas y manipularon los resultados de los análisis de los deportistas rusos durante los Juegos de Invierno de Sochi 2014, el responsable del informe reveló que el Estado ruso empleó este sistema también durante los Juegos de Londres 2012 y los Mundiales de Atletismo de 2013.

En esta segunda entrega, McLaren asegura que más de 500 controles positivos se hicieron pasar por negativos, en un "encubrimiento que evolucionó hasta unos niveles sin precedentes" y cuya extensión "probablemente no podrá ser nunca plenamente establecida".

"Podemos confirmar lo que anunciamos en el primer informe: existió un encubrimiento que comenzó en 2011 y que se mantuvo hasta después de los Juegos Olímpicos de Invierno de Sochi. Un encubrimiento que evolucionó hasta unos niveles sin precedentes", explicó el canadiense.

"Esta conspiración institucional existió entre deportistas, auspiciados por oficiales rusos del ministerio de Deporte y con el apoyo de la Agencia Antidopaje Rusa (RUSADA), el CSP (Centro de Entrenamiento de los Equipos Nacionales rusos) y el laboratorio de Moscú para manipular controles de dopaje. Estos deportistas no actuaron solos, sino dentro de una infraestructura", explicó.

Más de 1.000 deportistas rusos pertenecientes a 30 federaciones deportivas -entre ellas el fútbol- se beneficiaron de manipulaciones para esconder sus análisis positivos de dopaje durante cuatro años. Esa fue la conclusión principal a las que llegó el profesor McLaren en su informe, realizado en cinco meses tras analizar más de 4.000 documentos de Excel, revisar correos electrónicos y llevar a cabo decenas de entrevistas.

En la abarrotada rueda de prensa, que contó con la presencia de varios medios de comunicación rusos, quienes se quejaron públicamente durante el turno de preguntas porque no se les daba la palabra, McLaren confirmó y amplió los hallazgos del primer reporte, sobre todo el sistema para manipular los frascos de orina que se utilizó en los laboratorios de Moscú y Sochi durante los Juegos de 2014.

A través de este método, conocido como 'Salva o Cuarentena', y que se empleó para convertir las muestras positivas en negativas, los dirigentes identificaban, con la ayuda de la RUSADA, al propietario de las muestras y lo catalogaban como 'salvado' o 'en cuarentena'.

Si era de los primeros, se escondía, se registraba como negativo en el sistema informático por el que la AMA y las federaciones informan de los controles, y se falsificaba el informe. En cambio, si era de los segundos, se seguía con el procedimiento normalmente.