La destrucción no fue total en el fatal accidente del avión en el que viajaba el Chapecoense. Seis personas sobrevivieron de forma casi milagrosa. El avión no explotó y eso hizo que fuese posible salvar la vida tras el terrible accidente.

Así lo reconocía Guillermo León, director de la Clínica San Juan de Dios: "Es un milagro. No hay duda. Es muy poco probable que se supere un accidente así. Afortunadamente no hubo una explosión porque el saldo de muertos habría sido total". Los seis afortunados en medio de la tragedia son: los futbolistas Alan Ruschel, Jackson Follman y Helio Neto; el periodista Rafael Valmorbida Henzel, y los tripulantes Ximena Suárez (azafata) y Erwin Tumiri (técnico), quienes han sido ingresados en distintos hospitales cercanos a Medellín.

Otros que también pueden estar agradecidos a su buena fortuna son los que estuvieron cerca de subirse al avión y finalmente no lo hicieron. Uno de ellos es un exjugador del Villarreal, Alejandro Martinuccio. Una lesión ha podido salvarle la vida a este delantero argentino que militó en el club de Castellón en 2012, jugando 13 partidos de Liga y marcando un gol. "Me estaba recuperando de una lesión que sufrí hace un mes y medio y no viajé. Me salvé por eso", dijo Martinuccio a los medios de comunicación antes de trasladarse a las instalaciones que tiene el club en Cachepó. Allí se encontró con los otros jugadores que por fortuna se quedaron fuera de la convocatoria: Ramos de Lima, Neném, Bruno Costa, Boeck, Andrei Alba, Dalmoro, Moises y Martins Constante.