El Celta cambio el césped a comienzos de año. En febrero se completó la sustitución del anterior, muy maltrecho, por otro nuevo cultivado en Burdeos. Desde entonces, pero más esta temporada, la cancha viguesa presenta un buen aspecto, pero resulta mucho más resbaladiza. Hugo Mallo admite esas dificultades de agarre y estabilidad en ciertos gestos, como cambios de sentido o arrancadas. Pero no lo considera un factor que pueda pesar en los partidos, singularmente en el de hoy. "Estamos más acostumbrados nosotros que el rival. No hay excusas. La decisión de los tacos tiene que ser la idónea. Si nosotros nos resbalamos, ellos también. Es un factor para los dos equipos", concluye el capitán.

Berizzo, por su parte, señala: "Es un campo muy rápido pero está bien". El entrenador, pendiente de todos los detalles, ha estudiado la previsión meteorológica. Mañana se espera lluvia durante todo el día, con distintas fases de intensidad. Las precipitaciones más intensas deberían producirse justo antes del partido o durante su disputa. "Esperemos que la lluvia no nos afecte. Y si es así, nos acostumbraremos rápido", anticipa Berizzo. "Somos gente de agua, de vivir en una ciudad con mucha lluvia. Esperamos un partido donde usar bien el balón sea una de las claves. Y si nos tenemos que sobreponer al agua, lo haremos".