Desde que se sentó en el banquillo del Madrid, a Zinedine Zidane no se le recuerdan alardes tácticos. A diferencia de algunos de sus antecesores, especialmente José Mourinho o Rafa Benítez, el francés prefiere ceder el protagonismo a los jugadores. Así que apenas ha tocado el 4-3-3 de las últimas temporadas, salvo por condicionantes como las lesiones. Por ejemplo, el sábado en la visita al Atlético, la primera prueba realmente seria para su equipo esta campaña. No forzó la reaparición de Sergio Ramos ni Benzema y se decantó por un 4-2-3-1 que se adaptaba a las condiciones de los jugadores disponibles.

Isco, el mejor del Madrid en el Calderón, ha demostrado sobradamente que es mediapunta o no es nada. Los intentos de adaptarlo a otras posiciones más retrasadas no dieron buenos resultados. Las bajas de los integrantes de la BBC este curso favorecieron el cambio de dibujo y, sobre todo, las condiciones del malagueño. Como, además, Isco ha comprobado que tiene la confianza de Zidane, frente al Atlético completó un partido redondo.

También acertó el entrenador al ocupar las bandas con Lucas Vázquez y Bale, que cumplieron la doble misión de desbordar por su banda y echar una mano a sus laterales. Lo reconoció al final del partido Carvajal: "Lucas Vázquez me ha ayudado mucho. Es difícil meternos mano si defendemos todos". La implicación de todos se notó especialmente en el primer tiempo, en el que el Madrid no concedió ni una oportunidad al Atlético, un equipo que había destacado por su potencial ofensivo.

Cristiano Ronaldo también agradeció el retoque táctico. Al portugués le estaba costando llegar al gol desde la izquierda. Al moverse como delantero centro, Ronaldo fue casi siempre el punto y final del juego madridista. Tras marcar en el primer tiempo de falta, tras el descanso encontró los espacios para provocar un penalti y culminar un contragolpe de Bale.

El derbi fue la reivindicación de Zidane como entrenador, ante el mayor estratega enfrente, Simeone, y dando un golpe a la pelea por el título liguero en una jornada redonda para el Madrid. El primer puerto del 'Tourmalet' lo subió sobrado el conjunto madridista, que no acusó las bajas de Ramos, Pepe, Casemiro, Kroos o Morata para sumar su vigésimocuarto partido consecutivo sin perder en Liga. El gran objetivo del curso está más cerca y para superar el récord de la "Quinta del Buitre" habrá que superar otra salida durísima, el Camp Nou, con la tranquilidad de no haber cedido el liderato y haber aumentado el colchón de puntos.