Toni Pazó, que contará en las próximas semanas con dos nuevos fichajes para el centro del campo, necesita revisar el legado de Sigmund Freud. De recibir sacos de goles en las dos últimas jornadas pasó a ganar, a abrazarse las jugadoras en el terreno de juego, a hacer piña? y a jugar al fútbol. El gen ganador ha regresado al Pahíño.

El Olivo, al que se le supone un equipo joven y "pardillo" por las circunstancias vividas este verano, mostró su mejor cara pero, sobre todo, ofreció una imagen de solidez no vista en lo que va de campaña. Las locales, que a la media hora de juego perdían tras remate de Cuque a centro de Caro, tuvieron fe en su juego, pelearon, no dieron un solo balón por perdido y, además, crearon suficientes ocasiones como para tener el premio del triunfo.

Pazó mandó sus naves a presionar arriba, a agobiar al oponente, a incomodarlo. El Olivo lo consiguió y, además, ni siquiera notó el enorme desgaste físico que la táctica requería porque los cambios llegaron en el momento preciso y todos cumplieron con su rol. De esos partidos en los que el plantel funciona cual orquesta bien afinada.

El choque, además, era fundamental. El descenso estaba a una distancia holgada pero las últimas goleadas recibidas no permitían el hundimiento anímico, y menos ante un rival que llegaba por encima en la tabla y que se podía escapar de la zona complicada con un triunfo. Vamos, que el partido necesitaba de mucha dosis de trabajo, sacrificio y? fútbol.

Y El Olivo no falló. Ainhoa sigue siendo un diamante en la portería olívica (bien por alto, atenta, ágil?), la zaga se fajó, no se complicó la vida y metió el pie sin tibiezas y la doble I (Inés e Irina) supo dar salida al cuero. Si le preguntan a Nati, la "9" local, seguro que ha sido uno de los mejores partidos que recuerda esta campaña, porque le llegaron balones de gol.

El Victoria tuvo sus ocasiones porque dispone de algunas futbolistas de toque elegante y visión, pero sus disparos se fueron fuera por poco. También fue una de las diferencias. Nati supo sentenciar; su rival, no.

Con un encuentro que huía del tedio, un balón largo cogía a la zaga visitante desguarnecida. Nati peleaba en la carrera con la central visitante, la superaba en velocidad, llegaba al cuero y tocaba el balón con clase ante la salida de la portera visitante, que veía cómo el esférico la superaba a su derecha. Después, la delantera local tuvo un cabezazo a bocajarro tras saque de esquina para sentenciar y una vaselina. Su partido merecía más premio individual, pero los tres puntos también lo son.

Con el 2-1, el Victoria lo siguió intentando, pero El Olivo hizo un trabajo impecable. La entrada de María dio una contundencia tremenda a la zaga y la presión sobre el balón agotaba hasta a la vista.

Con este triunfo, El Olivo cierra dos jornadas seguidas perdiendo, mantiene el prurito de que el Victoria sigue sin ganar cuando visita Navia y se coloca a tres puntos del Sárdoma en la particular liga viguesa que ahora encabeza el Matamá.

Al término del encuentro, Toni Pazó, feliz por el trabajo desarrollado, confirmaba el fichaje de Silvia Haussen, exjugadora del Casablanca y del San Miguel, y las gestiones para cerrar la llegada de Lucía Cabaleiro, con la que coincidió varios años en el Sárdoma. Centrocampistas ambas, son veteranas. Para aportar madurez a una plantilla joven y que promete.

Friol-Sárdoma 5-2

Dura goleada sufrida ayer por el Sárdoma en su visita al Friol. Las de Marcos Canle son séptimas ahora en la tabla, con 16 puntos, dos menos que su vecino, el Atlántida de Matamá.