Casi cuatro años han pasado desde el día que Abel Resino y Salva Ballesta separaron sus caminos. Corría el mes de febrero del año 2013 cuando el Celta anunciaba a Resino como sustituto de Paco Herrera al frente del primer equipo. Una noticia marcada por una polémica que sobrepasaría las frontera de Vigo y pasó por los corrillos y tertulias de toda la prensa nacional. El club vigués rechazó durante la negociación con su nuevo técnico su petición de que Salva Ballesta entrase en su equipo como segundo entrenador. El Celta quiso evitar a toda costa los problemas que podrían suponer para la afición la llegada del exdelantero. El celtismo se mostró muy crítico con Salva Ballesta, una persona que siempre ha dado de qué hablar por sus filiaciones políticas, que le han valido calificativos como "facha" o "fascista".

El nombre de Salva volvió esta noche a la actualidad celeste. El exjugador declaró en "El Primer Palo", programa de la emisora esRadio, que a Iago Aspas no le repercuta negativamente con su afición el haber besado el escudo de la selección española tras marcar un gol en Wembley ante Inglaterra en su debut internacional. "Por lo que estoy escuchando y leyendo, espero y deseo que a este chaval, que es una grandísima persona y un grandísimo futbolista no le pase factura en ese equipo el gesto de besarse el escudo de España después de meter un gol". Ballesta supone que "seguro que a un grupo de aficionados igual le ha sentado mal y daría lástima".

El que en su día pudo haberse sentado en el banquillo celeste como mano derecha de Resino volvió a repasar durante su entrevista radiofónica lo sucedido hace casi cuatro años y aseguró que se sintió "traicionado" por quien por aquel entonces consideraba su amigo. "Fue un palo duro en ese momento porque dejas a tu familia y era la primera vez que iniciaba ese camino. Hubo lágrimas", explica el andaluz, que es su día llegó a afirmar que estaba de camino a Vigo con su coche cuando recibió una llamada y tuvo que dar la vuelta tras conocer la decisión del Celta. "En la vida hay cosas más importantes que el rencor. Pero jamás en la vida le voy a negar la mano a una persona. Ahora bien, la amistad ya no es la misma. Pero no le guardo rencor porque es algo que no concibo", concluyó.