Iago Aspas y la cantera del Celta están ante un día histórico. El destino hace su guiño habitual ante este tipo de citas. Del 15 de noviembre de 2006 al mismo día pero diez años después. Iago Aspas podría recoger el testigo de Borja Oubiña. El vigués fue el último "producto" de A Madroa que vistió La Roja. Era el inicio de una época dorada. Ahora el combinado nacional busca volver a saborear una era en la que se conquistaron dos Eurocopas y una Copa del Mundo.

El moañés ya entró en contacto con Wembley, el estadio que puede ser la sede de su bautizo con la selección española. Julen Lopetegui dará minutos a los futbolistas que no participaron en la goleada del pasado sábado ante Macedonia. El duelo no es un compromiso oficial, pero en un enfrentamiento con otra potencia como Inglaterra no hay amistosos. Ambos equipos se juegan su orgullo, su nivel de estado físico de cara a la gran cita mundialista que tendrá lugar dentro de dos años en Rusia. Por ello, todo hace indicar que Iago Aspas y Escudero disputarán sus primeros minutos con La Roja.

Además de esa caprichosa cifra del 15 de noviembre, el futbolista del Celta vuelve a Inglaterra, su primer destino lejos de su Moaña y del equipo de sus amores. La experiencia no fue positiva. Sin embargo, Iago reconoce que ese año en tierras británicas y el siguiente en las filas del Servilla le sirvieron para madurar. "Conocí el otro lado del fútbol", afirmaba en su presentación como futbolista céltico hace poco más de un año. En ese verano sufrió la pérdida de su amigo Dani Rivas. Pero, desde entonces, todo le ha salido a la perfección. Se ha erigido de nuevo en la estrella del conjunto vigués, ha debutado en Europa con la zamarra celeste y por fin está a un paso de cumplir su sueño de jugar con La Roja. Y, además, ha sido padre. A Aspas solo le falta la guinda, un estreno histórica, una cita inolvidable para él y para el celtismo que tendrá lugar en una catedral del fútbol mundial como lo es Wembley.