El Celta ha rectificado su mal inicio liguero en casa, con derrotas consecutivas frente al Leganés y el Atlético de Madrid, de modo impecable, hasta el punto de convertir Balaídos en un bastión inexpugnable, con independencia del rival de turno. Con la remontada certificada el domingo ante el Valencia, el conjunto de Eduardo Berizzo encadena cuatro victorias consecutivas en su estadio, un logro que no conseguía desde hace más de una década, en la temporada 2005-06, con Fernando Vázquez al frente del banquillo. La racha la rompió el Deportivo en el derbi disputado en el estadio vigués, con goles Diego Tristán, de penalti, Valerón y Joan Capdevila, que dieron los tres puntos al cuadro herculino.

El equipo celeste consiguió entonces enlazar cinco triunfos en casa después de doblegar consecutivamente entre finales de septiembre y principios de diciembre de 2005 a Sevilla (2-1), Espanyol (1-0), Alavés (2-1), Atlético de Madrid (2-1) y Betis (2-1). El grupo de Berizzo igualará esta racha casera si derrota próximamente al Granada, colista de la categoría, que visita Balaídos dentro de dos jornadas, el próximo día 27, tras el enfrentamiento liguero frente al Eibar en Ipurua.

Tres días antes, el cuadro vigués recibirá al Standard de Lieja en un duelo decisivo para certificar el pase a los dieciseisavos de final de la UEFA Europa League.

El Celta es, junto al Sevilla, el Villarreal, el Atlético de Madrid, la Real Sociedad y el Málaga, uno de los seis equipos de Primera División que ha conseguido encadenar cuatro o más victorias en casa. La lista la encabezan el Sevilla y el Villarreal, con cinco, mientras que madrileños, andaluces y vascos han encadenado cuatro cada uno.

Después de su inesperado tropiezo en la jornada inaugural de la Liga ante el Leganés (0-1) y caer por goleada frente al Atlético de Madrid en un nefasto segundo tiempo (0-4), el Celta ha ido ganando consistencia en Balaídos, donde se ha mostrado intratable frente a todos sus rivales que desde entonces han desfilado por el coliseo vigués.

La racha ganadora la inició el equipo de Berizzo frente al Sporting de Gijón, al que venció por 2-1 en un intenso partido. Hugo Mallo adelantó a los célticos pasada la media hora de juego y Iago Aspas certificó el triunfo a tres minutos del final después del que el croata Ivan Cop empatase, de penalti, en el minuto 80 de partido.

La siguiente víctima de los celestes fue nada menos que el Barcelona, que se presentó en Balaídos sin Messi, pero con el resto de su arsenal, y mordió el polvo después de recibir cuatro goles en el estadio vigués por segunda temporada consecutiva. Si el pasado curso los celestes se impusieron al mejor Barça (Messi incluido) por un contundente 4-1, esta temporada ganaron a los azulgranas por 4-3. Sisto, Aspas, Mathieu en propio meta y Pablo Hernández rubricaron la goleada céltica, mientras que Neymar y Piqué, éste por partida doble, firmaron los tantos azulgranas, el último de ellos a solo tres minutos de cumplirse el tiempo reglamentado.

Si la victoria frente al gigante azulgrana tuvo un sabor dulce, el siguiente triunfo, en el clásico gallego frente al Deportivo, supo a gloria. No todo fue coser y cantar en el partido, que el Celta encarriló en un formidable segundo tiempo con goleada de sabor canterano. Los celestes se adelantaron con un golazo de Hugo Mallo, a pase de Orellana, en el minuto 32 al que respondió Albentosa, que cabeceó a la red un saque de falta solo cuatro minutos después. Tras el descanso, el Celta se desató: Aspas puso distancia al convertir un penalti por mano de Sidnei a la media hora de juego y Orellana, de cabeza, culminó luego una contra lanzada por Jonny. En pleno festival, Aspas saldó su vieja cuenta con el Deportivo anotando el cuarto gol en un mano a mano ante Lux que llevó el delirio a la grada.

Menos vistosa, aunque igualmente valiosa, ha sido la última victoria céltica en Balaídos, frente a uno de los Valencias más rocosos que se recuerdan en mucho tiempo. En un partido trabado, de juego directo y pura brega, el equipo vigués remontó el gol inicial de penalti de Parejo con una imponente acción individual de Roncaglia, que hizo un gol de artista, y una jugada a balón parado ejecutada con precisión de relojero.

La fortaleza del Celta como local no solo se ha dejado ver en la Liga. El equipo vigués no conoce la derrota en Balaídos en competición europea, donde suma un triunfo ante el Panathinatkos (2-0) y un empate frente al Ajax (2-2).