De un plumazo y en 60 minutos de un balonmano intenso y de alto nivel el Frigoríficos del Morrazo eliminó todos sus complejos. Lo hizo en un encuentro ante el Benidorm con tintes de final anticipada. Y los hombres de Víctor García, "Pillo", no solo no fallaron sino que ofrecieron un auténtico espectáculo. El Cangas dominó de forma muy clara a su rival para imponerse por 30-21 en una actuación coral catapultada desde la portería por las paradas de Pedro Hermones. El meta brasileño estuvo brillante, con la friolera de 23 intervenciones. La defensa estuvo a muy alto nivel y el ataque funcionó a la perfección, ofreciendo múltiples posibilidades. Fue, en definitiva, el partido perfecto que necesitaba la escuadra canguesa para soltarse las ataduras.

El Frigoríficos arrancó con máxima concentración. Pillo apostó por un bloque central defensivo con Cerqueira y Pablo Castro, con Milosevic y Serafín en los penúltimos y todos ellos se entregaron con intensidad a sus labores. Hermones comenzaba su recital y tapaba todas las vías a un Benidorm que no perdía la calma a pesar de que el Cangas iba creciendo cada vez más (7-2, minuto 12). El técnico visitante, Fernando Latorre, buscaba soluciones en el banquillo. En apenas 9 minutos ya habían jugado en ataque sus tres pivotes, pero fue la entrada de Héctor González en el lateral lo que le dio vida a los alicantinos (7-5, minuto 14). Sin embargo, Milosevic primero y Moisés después devolvían al Cangas a una cómoda ventaja (9-5, minuto 16, con tiempo de Latorre).

Al regreso a la pista, nuevo parcial de 2-0 y máxima diferencia en el marcador (11-5). Los visitantes seguían moviendo el banquillo, pero el intercambio de golpes favorecía a los cangueses. Sin embargo, justo antes del descanso, Cerqueira veía la segunda exclusión en una polémica acción en la que Torriko teatralizó un golpe que desde la grada no se apreció.

En la reanudación el Frigoríficos siguió a lo suyo (17-10), incluso cuando Latorre se jugó varios ataques con siete jugadores de pista. Los dos para dos de Vallés con el pivote se convirtieron entonces en la obsesión visitante. El Cangas se atascaba en ataque pero Hermones lo mantenía (17-12). Los árbitros mostraban entonces una roja un tanto rigurosa a David Jiménez. Grau armaba el brazo y Salinas trabajaba en los seis metros pero las diferencias no se reducían (21-15, minuto 45, con tiempo de Latorre). Potic y Milosevic -buen partido de este último, que por fin explotó su lanzamiento- castigaban desde la distancia y el Benidorm hacía la penúltima intentona con un 5.1. Nada cambió, ni siquiera con la defensa individual, y el Frigoríficos se llevó una victoria tan justa como necesaria.