Visita difícil para los intereses del Club Vigo ante un equipo recién ascendido y muy motivado al mismo tiempo que muy reforzado. No tiene nada que ver el conjunto vallisoletano que ascendió al de ayer en su pabellón disputando una nueva categoría. Los vigueses no supieron aprovechar los momentos de cierta relajación de los vallisoletanos para intentar remontar.

El encuentro comenzó con mucha igualdad. Los empates se iban sucediendo y en cada jugada los dos equipos eran quienes de poder en aprietos a sus rivales aunque los que terminaban por delante eran los locales con mucha fortuna. Los empates a diez puntos y seguidamente a 16 hacían presagiar un final de infarto. Y así fue ya que dos jugadas afortunadas para los locales hicieron que el set finalizase en un apretado 25-23.

Nuevamente el segundo set comenzó con empates seguidos y siempre ya los locales por delante en el marcador, pero por una diferencia mínima de uno o dos puntos. Los vigueses se mantenían en el encuentro y en el set. Cada vez que un balón tocaba la red siempre lo hacía a favor del Valladolid, algo que hacía bajar el rendimiento visitante. Con todo los vigueses seguían vivos. Dos jugadas de verdadera mala suerte dieron la franquicia a los locales en este segundo set.

Las cosas se habían colocado muy cuesta arriba para los vigueses ya que deberían levantar un 2-0 y remontar para conseguir algo positivo. No era nada fácil pero trataban de no venirse abajo, sobre todo en el trabajo de defensa que era lo que en estos momentos estaba fallando. Pero no pudo ser ya que los vigueses empezaron a cometer demasiados fallos.