La victoria no fue suficiente, ya que la selección sueca hizo ayer sus deberes para obligar a "La Rojita" a ir a la repesca como segunda de grupo si quiere estar en el próximo europeo, pero los casi diez mil aficionados que se acercaron ayer a Pasarón para presenciar el encuentro de la selección española Sub21 vieron goles y espectáculo. España fue un vendaval ofensivo y dio un auténtica exhibición que no dejó a nadie indiferente.

Monólogo absoluto de la selección española Sub21 que dirige Albert Celades ante un combinado estonio que se defendía como gato panza arriba frente a un equipo plagado de jugadores de calidad de medio campo para adelante y que no se cansaba de buscar espacios. Prueba del dominio de la selección son los 16 tiros a puerta y los 26 saques de esquina favorables a España por el único tiro entre palos de Estonia.

En el primer cuarto de hora ya eran siete las ocasiones claras de las que dispuso España para abrir la lata mientras la pareja de centrales compuesta por Meré y Vallejo (el céltico Jonny fue suplente ayer) y el portero Kepa eran meros espectadores.

El equipo español se encontró con dos autopistas por las bandas. Gayá se aprovechaba de la caída al centro de Asensio para dar profundidad al equipo por el perfil zurdo, mientras que en el lado contrario era el jugador del Everton Deulofeu el que hacía daño cada vez que le llegaba el balón. Por el centro, unos excelsos Denís Suárez y Óliver Torres, junto con Asensio, volvieron totalmente loca a la defensa visitante con constantes pases entre líneas y disparos lejanos a los que sólo les faltó una mayor puntería para materializarse en gol ya desde el comienzo.

La primera ocasión que encontró buena dirección estuvo en las botas del vasco Iñaki Williams con un remate a centro desde la banda izquierda que impactó en el larguero de la portería que defendía Igonen. Se mascaba el gol y a pesar de las múltiples ocasiones erradas, "la Rojita" no se puso nerviosa en ningún momento, confiando en sus posibilidades y viéndose superior sobre el césped.

Un extra motivado Denís Suárez, que ayer jugaba en casa, fue el encargado de abrir la lata a los 35 minutos del choque. Lo hizo gracias a un potente disparo desde la frontal del área tras el rechace de un saque de esquina. Tal y como se veía venir, el primer tanto vino seguido de un segundo poco después. Marco Asensio también desde la frontal batió por bajo a Igonen con un chut seco pegado a la cepa del poste.

Estonia trató de sacudirse la presión poco después del 2-0 con la única ocasión que lograron trenzar en todo el encuentro. Jakolev en jugada personal consiguió penetrar en el área española para poner un pase atrás que Miller estrelló en el poste izquierdo de la meta defendida por Kepa. Antes del descanso Óliver tuvo la oportunidad de anotar el tercero con un remate acrobático que no encontró portería.

Los segundos 45 minutos no variaron el guión con respecto a lo ya visto. España siguió su acoso y derribo sobre la portería rival, en un partido que daba la impresión de tener el campo en pendiente favorable a España.

Aun así, los goles tardaron bastante en llegar y no fue hasta los compases finales cuando la goleada se pudo culminar. Antes, en el ecuador del segundo periodo, Gerard Deulofeu vio como le era anulado un precioso tanto de falta al haber decretado el colegiado islandés que la pena debía de lanzarse de forma indirecta.

Ya en la recta final del encuentro España terminó por certificar en el marcador lo que era un certeza en el campo con tres dianas más. Munir se encargó de anotar el tercero, nuevamente desde la frontal del área, con un disparo de gran calidad y con la precisión de un golfista al golpear la pelota en parado. Poco después fue de nuevo Asensio el que hizo el cuarto, también desde fuera del área y por la escuadra. Cerró la goleada otra vez Munir con su segundo gol de la tarde al empujar a placer un centro de Gayá, el mejor de los jugadores españoles en el partido de ayer en Pasarón.