La presencia de Pablo Hernández, el Tucu, fue la principal novedad en la vuelta a los entrenamientos de la plantilla del Celta, que ayer celebró una sesión vespertina de trabajo en A Madroa. El internacional chileno adelantó su regreso a Vigo después de sufrir una lesión muscular en el aductor de su pierna derecha, lesión que le mantendrá de baja un mínimo de dos semanas.

Tras ser examinado por el doctor García Cota, jefe de los servicios médicos del Celta, Hernández saltó brevemente al césped para participar en la charla que Eduardo Berizzo y se retiró luego para trabajar en el gimnasio y recibir tratamiento de fisioterapia. Los servicios médicos han pronosticado al Tucu un periodo de recuperación de entre dos y tres semanas, con lo que se perderá el próximo partido ante el Villarreal y seguramente el derbi frente al Deportivo, además del choque europeo frente al Ajax. Fabián Orellana y Carles Planas recibieron el alta médica y estarán a disposición del técnico para el duelo del domingo en El Madrigal.

La selección de Chile, en todo caso, se ha convertido en los últimos meses en una fuente inagotable de lesiones para el Celta. Tanto que Eduardo Berizzo cruza los dedos y contiene el aliento cada vez Juan Antonio Pizzi llama a alguno de sus internacionales chilenos.

Y no es para menos porque en cada convocatoria internacional el entrenador del Celta pierde a uno de sus titulares. Desde la antes de la pretemporada llueve sobre mojado. El primero en caer fue Pablo Hernández, que se perdió la pretemporada después de lesionarse la rodilla tras recibir una dura entrada del colombiano Carlos Sánchez en la semifinal de la Copa América del Centenario disputada en junio pasado.

Con el Tucu ya recuperado, en la primer parón de la Liga, se lesionó Marcelo Díaz, uno de los pilares del medio campo céltico, que sufrió su tercera lesión muscular desde que llegó al Celta. Fichó lesionado (aunque con buen pronóstico de recuperación) del Hamburgo en el mercado invernal, tuvo una segunda lesión muscular en marzo con Chile durante las eliminatorias para la Copa América y se volvió a romper el pasado 26 de agosto en el primer parón de la Liga. Con Díaz aún convaleciente, cayó Fabián Orellana -la primera lesión en cinco años en Vigo- en su primer entrenamiento con la Roja. Cuatro semanas de baja en las que se ha perdido siete partidos. El último episodio de esta plaga bíblica lo ha protagonizado Pablo Hernández, uno de los más destacados en el inicio de curso celeste, que se ha roto el aductor en su primera entrenamiento con Chile y estará unas tres semanas de baja justo en el momento en que el entrenador del Celta recuperaba a Orellana.